
Los servicios funerarios mueven en España unos 1.500 millones de euros anuales, de los que algo más de 200 corresponden a la facturación de Mémora, la compañía líder del sector en la Península Ibérica, territorio en el que todavía ve mucho recorrido para ampliar capilaridad geográfica y mejorar la atención a las familias de los difuntos. De hecho, prevé dar un salto en esta dirección gracias a las sinergias con el Grupo Catalana Occidente, que en julio anunció un acuerdo para adquirir Mémora por 387,5 millones de euros. En los últimos años, el estallido de la pandemia multiplicó su trabajo pero no sus ingresos, ya que también se dispararon los costes y se minimizaron los servicios por las limitaciones a la movilidad y las reuniones de personas no convivientes. De todas formas, el envejecimiento poblacional va incrementando la tendencia de defunciones año a año.
Han firmado un acuerdo con el fondo inmobiliario WP Carey para acelerar la apertura de tanatorios, y han ingresado 130 millones con la venta de 26 instalaciones ya existentes en las que Mémora continuará en alquiler ¿Cuál es el plan?
Una parte del crecimiento de la compañía se basa en entrar en nuevos territorios, y para nosotros era importante tener un socio inmobiliario que se encargue de toda la inversión y construcción de los tanatorios para luego explotarlos nosotros en alquiler, y hemos decidido arrancar con algunos de los activos que ya teníamos. Es un socio de largo plazo, un fondo americano especializado en el desarrollo de proyectos inmobiliarios destinados a la gestión, desde tanatorios a hospitales, residencias y supermercados. Ellos se encargan de las inversiones y así nosotros nos centramos en nuestro oficio, que es dar servicio, y eso nos permite acelerar el crecimiento.
Ya son líderes en España y Portugal, ¿qué zonas os faltan?
Tanto España como Portugal tienen mercados funerarios muy fragmentados y atomizados, con más de 1.000 empresas en cada país. Aunque tengamos una posición de liderazgo, hay muchísimos lugares donde nos gustaría dar servicio. El negocio funerario del grupo Asistea, perteneciente a Grupo Catalana Occidente, es muy complementario en su distribución geográfica con el de Grupo Mémora, alcanzando entre ambas 23 provincias de España y ocho distritos en Portugal. Se producirá una clara complementariedad y obtención de sinergias.
¿Cómo puede influir en el plan estratégico de la empresa la llegada de Catalana Occidente?
Recordemos que la compra de Grupo Mémora está condicionada a la pertinente autorización por parte de las autoridades de los mercados y la competencia en España y Portugal. Una vez se disponga de las autorizaciones y se cierre la transacción, se decidirá la operativa exacta.
¿Cuál es la media de inversión anual que realizan entre nuevas instalaciones y renovaciones?
Dedicamos mucho dinero a las renovaciones, con más de 20 millones de euros en los últimos cinco años en mejoras en los tanatorios, sobre todo para digitalizarlos, aumentar su comodidad y diversificar las salas de vela para ofrecer más servicios. Hemos renovado la totalidad de los tanatorios más utilizados. En nuevas inversiones, depende mucho de la complicidad con los municipios, pero invertimos entre 10 y 20 millones al año. Hay años que podemos ejecutar más y otros menos, porque en España el proceso de apertura de un tanatorio es extremadamente complejo: hay muchas autorizaciones administrativas y tardamos de tres a cinco años.
"El negocio funerario del Grupo Catalana Occidente es complementario a nivel geográfico"
Hasta ahora, también han crecido con compras de funerarias locales, como tres en País Vasco, Navarra y Madrid como las más recientes, ¿qué estrategia tienen?
Desde 2017 hemos hecho 17 o 18 operaciones corporativas entre España y Portugal. Algunas muy pequeñas, microempresas prácticamente, y otras más grandes. Depende mucho de las oportunidades y la voluntad de la propiedad de las compañías funerarias, que en un porcentaje altísimo son familiares.
¿Cómo afectó la pandemia a la cuenta de resultados?
En 2020 hicimos una facturación similar a la de 2019, porque aunque se trabajó muchísimo, con un 25% más de mortalidad, los ingresos fueron mucho más bajos, y hubo muchos más gastos. En Cataluña, que fue el único lugar con precio intervenido, todos los servicios fueron a pérdidas. En general, en 2020, Grupo Mémora realizó alrededor de 56.000 servicios y facturó agregadamente 209 millones. En 2021, el volumen de actividad descendió a 49.000 servicios, un 12,5% menos, pero la facturación se elevó ligeramente a 210 millones.
"En el último año los costes han subido entre el 8% y el 10% y no lo repercutimos al mercado"
¿Cómo les está impactando la inflación y el aumento de costes?
De una forma muy intensa, porque tenemos 1.500 empleados; gastos de alquiler que aumentan; somos energéticamente intensivos en refrigeración para los tanatorios y en gas para los crematorios; necesitamos combustible para los vehículos, y también se han encarecido los materiales de las arcas. En el último año, estamos en un incremento de costes entre el 8% y el 10% de media, y no lo estamos repercutiendo al mercado.
Morirse en España es caro...
Como nadie quiere morirse, aunque costase un euro, a nadie le gusta pagarlo, pero nunca hubiera pensado que con lo que ha pasado con la pandemia seguiríamos sin haber resuelto el tema del IVA en España a los servicios funerarios, que sigue en el 21% desde que se subió en 2013, cuando estaba al 8%. En casi toda Europa, están exentos de IVA o lo tienen reducido.