
Globalvia tiene en marcha un ambicioso plan de inversiones en nuevos activos de gestión de servicios de autobús, autopistas y ferrocarril de alta velocidad por un importe cercano a los 2.000 millones de euros.
La concesionaria de infraestructuras española está negociando en estos momentos en cinco operaciones con un horizonte de materialización de 18 meses y cuenta para ello con el apoyo financiero de sus tres socios, los fondos de pensiones PGGM (Países Bajos), USS (Reino Unido) y OPTrust (Canadá).
El proyecto más tangible es la entrada en el negocio de autobuses con la compra junto con el grupo australiano Kinetic de Go-Ahead, el mayor operador de autobuses de Reino Unido. El consorcio, participado en un 51% por Kinetic y en un 49% por Globalvia, ha lanzado una oferta pública de adquisición (opa) sobre la firma inglesa a un precio que sitúa la valoración en 650 millones de libras (757 millones de euros al cambio actual). La oferta está condicionada a una aceptación mínima del 75% e implicará la exclusión de cotización de Go-Ahead. La pretensión de Globalvia y Kinetic es alcanzar el 100% del capital y, para ello, ya cuenta con la recomendación positiva del consejo de administración de la empresa británica. El proceso estará culminado en octubre, según las estimaciones de los ofertantes.
Globalvia desembarcará así en un nuevo negocio en el que tiene la intención de seguir creciendo en el futuro. No en vano, la compañía que dirige Javier Pérez Fortea está abierta a participar en el nuevo mapa de concesiones de autobuses en España que ha diseñado el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Para ello podría recurrir a Go-Ahead o hacerlo por sí misma, según ha explicado Pérez Fortea en una rueda de prensa.
Su entrada en la gestión de autobuses se produce prácticamente a la vez que en la alta velocidad ferroviaria en España. La concesionaria rubricará en los próximos días la compra de una participación minoritaria en Intermodalidad del Levante (Ilsa), sociedad que comenzará a operar varias líneas de AVE bajo la marca Iryo y en la que Trenitalia y los dueños de Air Nostrum eran hasta ahora sus accionistas.
A este primer paso pretende Globalvia dar continuidad en los próximos meses y ya negocia por otros dos proyectos de alta velocidad ferroviaria, uno en Europa y otro en Estados Unidos. En uno su plan es entrar como inversor y en otro como operador.
Adicionalmente, Globalvia también tiene en el punto de mira varias iniciativas de autopistas en el mundo. Este segmento, en el que en 2021 creció con la adquisición a Brookfield de dos autopistas en Chile por 340 millones de euros, seguirá siendo prioritario para el grupo, pero ante la escasez de oportunidades en el mismo su hoja de ruta discurre por diversificarse aún más hacia nuevas formas de movilidad. No en vano, la expectativa es que el negocio MaaS (Mobility as a Service) represente en cinco años el 30% de su cartera.
De fructificar las cinco operaciones que hoy tienen más visibilidad para Globalvia, aunque en su radar hay muchas otras oportunidades, las inversiones requeridas ascenderían a alrededor de 2.000 millones de euros. Esta cantidad, que incluye los 318,5 millones de libras (371 millones de euros) que le corresponderían por el 49% de Go-Ahead, supondría multiplicar la inversión acometida en el último año, en el que desembolsó unos 500 millones de euros.
Itinere, en espera
Pérez Fortea refrendó la previsión de Globalvia de hacerse con el control de Itinere, la concesionaria de autopistas española por la que libra una guerra judicial desde hace años con el resto de accionistas. "Hay procesos (judiciales) cercanos a su culminación" y está convencido de que su resultado dictaminará su acceso a la mayoría del capital, si bien reconoció que habrá recursos y su resolución se dilatará aún varios años.