
Doña Sofía acudió este domingo a su cita anual con el rastrillo benéfico de la asociación Nuevo Futuro. Allí se encontró con su cuñada, la infanta Pilar, y se dio un baño de multitudes. Además, la emérita compró regalos para sus nietos y, como curiosidad, se llevó dos tuppers con comida.
A su llegada, la mujer de don Juan Carlos recibió un ramo de flores mientras los presentes gritaban: "Viva la reina". Agradecida, doña Sofía sonreía. A su lado se encontraba su sobrina, Simoneta Gómez Acebo, con quien se ha mostrado muy cariñosa.
Lo cierto es que durante toda la jornada, la reina hizo gala de su simpatía con todas las personas que se le acercaron, tanto visitantes del Rastrillo como trabajadores. Asimismo, la emérita aprovechó la visita para comprar unos regalos para sus nietos.
No fue lo único que se llevó, ya que también se hizo con unos décimos de lotería, unos abanicos, una corona de Navidad y un cuadro. No obstante, lo que más llamó la atención fueron los dos tuppers que se llevó con comida. Uno con cuatro huevos duros rellenos de atún y tomate casero y el otro, con tarta de queso.
Tras abandonar el lugar, doña Sofía, junto a la infanta Pilar y Simoneta, acudieron a comer al restaurante El Capricho, propiedad de esta última. Allí compartieron confidencias, sorprendentemente, en inglés.