Industria

Imasa logra una prórroga extra del preconcurso y pone la directa para pactar con SEPI y la banca

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Tiempo extra para que Imasa llegue a un acuerdo con la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y la banca para alejar el fantasma del concurso de acreedores. La compañía asturiana ha logrado autorización del Juzgado Número 4 de Oviedo para poder negociar hasta el próximo 9 de octubre un acuerdo con sus acreedores, logrando así una prórroga adicional a la contemplada en la Ley Concursal al igual que ha logrado semanas atrás Duro Felguera, según coinciden distintas fuentes consultadas por elEconomista.es y confirma la dirección de la compañía a este periódico.

El nuevo plazo adicional de tres meses confirma la postura cada vez más flexible de los juzgados a interpretar abiertamente la normativa concursal para evitar que las empresas vayan a liquidación. En el caso de Imasa el plazo es de tres meses, similar al que contempla la ley para la primera prórroga que sí se contempla. En el caso de Duro Felguera, en cambio, se ha solicitado menos tiempo al entender que antes del 31 de julio se alcanzará un acuerdo entre las partes.

El plan trazado pasa ahora por poner de acuerdo a la entidad dependiente del Ministerio de Hacienda que preside Belén Gualda y a la banca acreedora (Banco Santander, Deutsche Bank, BBVA y CaixaBank) para alinear sus intereses. El acuerdo principal pasa por una larga extensión del calendario de pagos y garantizar hasta entonces las líneas de circulante, dando un margen suficiente para que la compañía que dirige José Ignacio Martínez se recupere.

La compañía defiende que cuenta con una cartera de proyectos de ingeniería que ronda en la actualidad los 100 millones de euros, cantidad que, en su opinión, es suficiente y "constituye una base firme sobre la que seguir construyendo su futuro". Además, el estrés financiero al que se ha visto sometida no le impide seguir "ejecutando los contratos y proyectos en curso como ha venido haciendo hasta la fecha".

De momento, la compañía ha llevado a cabo algunos ajustes. Imatech, su filial tecnológica Imasa, ha tramitado durante este año un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) sobre la plantilla. La razón de este ERTE, que afecta a una quincena de trabajadores, es "un descenso de la carga de trabajo", según la prensa local.

Búsqueda de socio

Imasa lleva semanas negociando con sus acreedores la posibilidad de acogerse a este periodo de gracia que están dando los tribunales, como adelantó elEconomista.es. Si bien la empresa no contestó a este medio el pasado 1 de julio, sí confirmó sus intenciones posteri. "El avance de las negociaciones se espera que permita alcanzar un acuerdo que se refleje en un plan de reestructuración consensuado para lo cual se requiere un tiempo adicional", afirmaron fuentes de la dirección a El Comercio.

Logrado este tiempo, la compañía asturiana abordará entonces de nuevo una revisión del plan de negocio y abordará nuevamente la búsqueda de socio inversor que insufle fondos en la compañía. La búsqueda de comprador total o parcial de Imasa, misión para la que estaba trabajando JB Capital, el banco de inversión de Javier Botín, ahora mismo ha quedado en stand by sin haber despertado demasiado interés entre grupos industriales y financieros, añaden otras voces.

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