
La crisis del acero europeo provocó que a finales de 2023 el gigante alemán Thyssenkrupp anunciase su intención de cerrar la factoría de Galmed en Sagunto por la que consideraba su falta de viabilidad, que ya llegó estar parada durante años. En diciembre el dueño del grupo español Network Steel Resources (NSR) se hizo con la factoría y mantiene la actividad de Galmed.
De hecho, la empresa dedicada al galvanizado del acero cerró su último ejercicio el pasado septiembre, cuando aún estaba en manos de la multinacional germana, con un resultado de explotación positivo y un beneficio neto de 3,8 millones de euros, frente a los 4 millones de euros del año anterior.
Aunque es cierto que Galmed mantiene la caída de negocio de años anteriores, con un descenso del 9,5%, hasta 47,8 millones de euros, llama la atención su rentabilidad ante el interés de Thyssenkrupp en desinvertir en la instalación que finalmente ha pasado a manos del dueño de Network Steel Resources (NSR). Galmed centraba su producción en el sector del automóvil y cuenta con 119 trabajadores.
De hecho, no muy lejos de Sagunto, en el cercano municipio de El Puig, se encuentra otra filial valenciana del gigante del acero que en ese mismo periodo de tiempo ha cosechado peores resultados. Thyssenkrupp Materials Processing Europe, la filial de distribución de acero y metal que en su día controlaba al 50% junto a Ros Casares, ha acumulado pérdidas en sus dos últimos años por más de 6 millones de euros.
En su ejercicio cerrado también el pasado mes de septiembre esta empresa enfocada fundamentalmente a suministrar a la construcción perdió 1,9 millones de euros después de reducir su negocio un 16,29%, hasta 80,7 millones de euros.
Dificultades del acero
"Los precios de venta del material continúan descendiendo en consonancia con los precios de compra, hasta llegar a valores más acordes con los precios históricos del acero. Se sigue apostando por un cambio en la estructura de la cartera de clientes, reforzando la venta en ramos que permiten contratos estables", señala esta empresa en su informe de gestión, que básicamente comercializa los productos del grupo para el sector de la construcción.
La sociedad en su día formada junto a Ros Casares y que Thyssenkrupp se quedó en solitario tras la quiebra del grupo valenciano cuenta con 85 trabajadores y también posee un almacén en Portugal.
Pero además el gigante del metal alemán que no pasa por su mejor momento cuenta con una tercera empresa ubicada muy cerca de las anteriores en el norte de Valencia, Thyssenkrupp Plastic Ibérica, la central de su filial de materiales plásticos que tiene sus oficinas y su almacén logístico para España en Masalfassar.