
Seat cumplirá en los próximos días tres meses con una dirección interina encabezada por Markus Haupt, que tomó el mando de la compañía tras la marcha del británico Wayne Griffiths, y sigue sin encontrar por ahora una solución al problema de los aranceles al Cupra Tavascan, que se fabrica en China, que amenazan su rentabilidad.
Griffiths, artífice de la vuelta de Seat a beneficios y de la consolidación de Cupra como marca, dejó por sorpresa el cargo de consejero delegado de la compañía el pasado 31 de marzo.
Casi tres meses después, Markus Haupt, vicepresidente ejecutivo de Producción y Logística de Seat, continúa como consejero delegado interino.
Fuentes conocedoras del proceso de nombramiento han asegurado a EFE que Haupt es el único candidato que se baraja actualmente para sustituir a Griffiths y apuntan que acabará siendo ratificado por Volkswagen, pero no ofrecen plazos por el momento de cuándo podría formalizarse el nombramiento. "Haupt conoce perfectamente Seat y sería un relevo natural", apuntan estas fuentes.
De hecho, en estos tres meses Haupt ya ha ejercido como máximo representante de Seat tanto en los actos del 75 aniversario de la compañía como en las reuniones que ha mantenido con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y con el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, entre otros cargos políticos.
Pérdidas en el primer semestre
Seat afronta un momento delicado por los aranceles europeos impuestos al Cupra Tavascan, el vehículo eléctrico que Seat produce en China, y los efectos que puede tener esta decisión sobre la producción en la planta de Martorell (Barcelona).
Estos aranceles de la UE a la importación del Cupra Tavascan suman actualmente un 30,7%, del cual un 10% ya estaba previsto anteriormente y un 20,7% se ha fijado de forma adicional.
Seat sigue tratando de influir en la Comisión Europea para hallar una solución a los aranceles, pero todavía no hay resultados. En este punto, las fuentes consultadas por EFE dan por hecho que Seat cerrará el primer semestre con pérdidas por el problema de los aranceles, que ya tuvieron un importante impacto en el primer trimestre del año.
Seat cerró el primer trimestre del año con un resultado operativo de 5 millones, un 97,7% menos que en el mismo período de 2024, pero aún en positivo.
Estas fuentes añaden que Seat no solo está produciendo a pérdidas el Cupra Tavascán, sino que también sufre el impacto en sus cuentas de las multas por las emisiones de CO2.
Y es que la producción de cada vehículo eléctrico permite compensar las emisiones producidas por los vehículos de combustión.
Griffiths ya advirtió en muchas ocasiones de que Seat corría peligro por el impacto de los aranceles de la UE a los vehículos eléctricos de China, y en la presentación de los resultados de 2024 ya dijo que los aranceles habían tenido un impacto financiero importante a pesar de haber ganado 522 millones en 2024.
También comentó en febrero que si se renunciase a producir el Cupra Tavascan, que se fabrica en China, porque los aranceles europeos lo hacen insostenible, se dejarían de hacer hasta 100.000 coches de combustión al año para compensarlo, lo que pondría en riesgo unos 1.500 empleos en Seat.
"Por cada Tavascán que no hacemos en China tendremos que dejar de producir al menos un Ibiza y un Arona (en Martorell)", comentó a modo de ejemplo.
Por su parte, el presidente del comité de empresa de Seat, Matías Carnero (UGT), alertó también hace unos meses de que si los planes de desarrollo del coche eléctrico no siguen la evolución prevista por el grupo, ello podría comportar recortar en unos 50.000 vehículos de la producción total de la planta de Martorell (Barcelona), y alertó de que ello significaría una "pérdida importante de empleos", aunque no puso cifras.