
El mundo se está quedando sin oro para extraer. Esta realidad que se ha venido construyendo a medida que los yacimientos más superficiales y productivos iban agotándose, choca con un nuevo descubrimiento que abre una puerta que se creía totalmente cerrada. Por el ahora, el hallazgo es simplemente científico y no hay pruebas de que esto pueda cambiar la industria del oro, pero sin duda supone un importante paso en el conocimiento de la Tierra y los misterios que se ocultan en lo más profundo de la misma. En la superficie terrestre solo esté el 0,1% de todo el oro de la Tierra. El problema es que el resto se halla en una zona que se creía totalmente inaccesible para el ser humano. De hecho sigue siendo inaccesible, pero científicos e investigadores alemanes han descubierto que esa zona podría estar conectada con la superficie a través de los volcanes. Un paper publicado en mayo por estos expertos revela que se ha encontrado oro y otros metales precisos que se cree que proceden del misterioso núcleo de la Tierra.
Las mayores reservas de oro de la Tierra no se encuentran en Fort Knox, el gran depósito de lingotes de EEUU. De hecho, no, se encuentran siquiera en los yacimientos de África o China que se explotan con intensidad cada día y producen alrededor de 3.600 toneladas de oro cada año (pronto esta cantidad comenzará a reducirse). Las mayores reservas de oro del mundo están ocultas a mucha más profundidad de lo que cabría esperar y hasta hace nada parecían absolutamente inaccesibles. Este hallazgo 'abre la puerta' (de forma metafórica) a esas reservas que se creían inalcanzables, al menos la parte que la Tierra quiera ir 'escupiendo' a través del magma. No obstante, nadie ha señalado todavía que este oro que 'brota' hacia la superficie pueda explotarse en algún momento. Probablemente, las pequeñas cantidades halladas y el estado en el que se encuentran dificulten mucho o imposibiliten su explotación industrial.
Más del 99,999% de las reservas de oro y otros metales preciosos de la Tierra yacen enterradas bajo 3.000 km de roca sólida, encerradas en el núcleo metálico de la Tierra y mucho más allá del alcance de la humanidad, aseguran desde la Universidad de Gotinga (Alemania) en un estudio que ha revelado una tendencia más que anecdótica. Ahora, investigadores de esta universidad han encontrado rastros de oro y de rutenio (Ru) en rocas volcánicas de las islas de Hawái, que en realidad deben provenir del núcleo de la Tierra. Los hallazgos se han publicado en la prestigiosa revista Nature.
"En comparación con el manto rocoso terrestre, el núcleo metálico de la Tierra contiene una abundancia ligeramente mayor de un isótopo particular de Ru: el 100Ru. Esto se debe a que parte del Ru, que se encontraba atrapado en el núcleo terrestre junto con el oro y otros metales preciosos cuando se formó hace 4.500 millones de años, provenía de una fuente diferente a la escasa cantidad de Ru que contiene el manto actual", aseguran los expertos de la universidad. Es decir, hay una mayor concentración y cantidad de metales preciosos en el núcleo que en el manto terrestre.
Estas diferencias en el 100Ru son tan pequeñas que en el pasado era imposible detectarlas. Ahora, nuevos procedimientos desarrollados por investigadores de la Universidad de Gotinga han permitido resolverlas. La señal inusualmente alta de 100Ru que encontraron en las lavas de la superficie terrestre solo puede indicar que estas rocas se originaron en el límite entre el núcleo y el manto. El Doctor Nils Messling, del Departamento de Geoquímica de la Universidad de Gotinga, explica que "cuando recibimos los primeros resultados, nos dimos cuenta de que habíamos encontrado oro. Nuestros datos confirmaron que material del núcleo, incluyendo oro y otros metales preciosos, se está filtrando al manto terrestre".
El núcleo terrestre no está aislado
El profesor Matthias Willbold, del mismo departamento, añade: "Nuestros hallazgos no solo demuestran que el núcleo terrestre no está tan aislado como se suponía. Ahora también podemos demostrar que enormes volúmenes de material del manto sobrecalentado (varios cientos de billones de toneladas métricas de roca) se originan en el límite entre el núcleo y el manto y ascienden a la superficie terrestre para formar islas oceánicas como Hawái".
Esto significa que al menos una parte de los precarios suministros de oro y otros metales preciosos, de los que dependemos por su valor e importancia en tantos sectores, como las energías renovables, podría provenir del núcleo terrestre. Messling concluye: "Queda por demostrar si estos procesos que observamos hoy también operaban en el pasado. Nuestros hallazgos abren una perspectiva completamente nueva sobre la evolución de la dinámica interna de nuestro planeta", aseguran dichos expertos.