
Brasil y Venezuela son los países con las mayores reservas de Latinoamérica, aunque es en Perú donde se encuentra uno de los yacimientos más importantes, el de Yanacocha: 20.000 hectáreas en zona montañosa y entre los 3.500 metros y 4.100 metros por encima del nivel del mar.
Pero, si hay una mina importante en la región esa es la de la localidad de Pueblo Viejo, en la zona de Sánchez Ramiro, en República Dominicana, la más grande de todas, de origen colonial y capaz de cambiar el porvenir de la economía del país. Su reactivación ha sido uno de los proyectos más importantes en la historia reciente del sector minero del país, marcando un antes y un después en el desarrollo económico y social de la región.
Esta mina, gestionada por la compañía minera canadiense Barrick Gold desde el año 2008, ha desempeñado un papel fundamental en la transformación de la economía local, no solo en términos de generación de empleo, sino también en la atracción de inversiones extranjeras, el desarrollo de infraestructuras y la mejora en los indicadores macroeconómicos.
Una relación complicada desde hace más de 10 años
Ubicada a unos 100 km de Santo Domingo, de la mina Barrick Puente Viejo se extrajeron hasta 2017 (cuando se cerró) casi 179,500 onzas de oro y 334,500 de plata. Desde su descubrimiento en 1975, ha sido una de las principales fuentes de extracción de metales en el país. En un primer momento la mina estaba dirigida por una alianza entre esperas de capital dominicano y extranjero, pero en 2008 la firma canadiense adquirió el 60% de la propiedad de la mina, mientras que el resto del 40% quedó en manos del gobierno dominicano, a través de la Corporación Dominicana de Empresas Estatales.
A pesar de ser una mina con un gran potencial, la reactivación de la explotación de Pueblo Viejo no ha sido inmediata. Desde hace años, Barrcik Golda ha llevado a cabo varios estudios geológicos y de viabilidad económica para prolongar la vida útil de la mina, por lo menos, hasta 2040; un proyecto que incluye parte de ampliación de la mina, también la construcción de la presa de colas, para convertirla en una de las mayores productoras del mundo. Desde 2012, los canadienses son responsables de la explotación que, sin estar a pleno rendimiento, ha generado más de 3.5000 millones de euros hasta la fecha.
Por su parte, la Comisión de Industria y Comercio nacional ya ha comenzado a revisar el contrato la minera y el Estado, debido al alza del precio de oro, que ha pasado de 1.300 dólares (cuando se firmó el primero contrato entre ambos) a casi los 2.000$, y al bajo porcentaje que le corresponde a la región de Pueblo Viejo por la explotación de la mina, así como una negociación por las regalías y el porcentaje de participación del Estados en las ganancias.
Nos obstante, y desde 2022, existe un decreto por el cual los terrenos de la zona de Sánchez Ramiro, y también la de Monseñor Noel, son de utilidad pública, de los cuales 31 millones de metros cuadrados están actualmente cedidos a Barrick Gold. Entre la minera canadiense y el estado dominicano existe, además, un acuerdo en el que es este último el responsable de reparar futuros daños ambientales en la región, con la posterior polémica en cuanto a los daños ocasionados a los locales.
Para el consultor internacional experto en minería, Steven H. Emerman, el desarrollo del proyecto de Barrick Gold podría implicar consecuencias desastrosas, y ya en 2023 resaltó los 3 millones de residuos tóxicos por cada kilo de oro extraído en Pueblo Viejo. Aun así, en Barrick Gold consideran que la nueva presa de colas es absolutamente necesaria para mantener los 3.000 empleos directos y otros 10.000 indirectos que genera el yacimiento.
El impacto de la explotación minera en la economía local es innegable, y aunque desde hace algunos años, Barrick Pueblo Viejo vive sus horas más bajas, la reactivación a nivel mundial ha supuesto un impulso de carácter nacional.
Ha generado más de 13.000 empleos
La actual revisión en cuanto al porcentaje y regalías al Estado viene precedida, sin embargo, por el recibo de un montante acumulado de 3.000 millones de euros correspondientes a ese mismo concepto desde 2013, y se estima que solo en 2024 la cifra ascendió 252 millones de dólares, según detalla Juana Barceló, la presidenta de Barrick Pueblo Viejo. Pero la minería siempre ha sido una de las principales fuentes de divisas para la economía de la República Dominicana, siendo la mina de Pueblo Viejo un motor clave de ese crecimiento.
"Nuestro compromiso con República Dominicana va más allá de los impuestos directos que pagamos. Cada año, adquirimos más de 500 millones de dólares en bienes y servicios dentro del país, lo que genera empleos, contribuye a la economía local y refuerza el bienestar de la nación", puntualiza Barceló.
Según el Banco Central de la República Dominicana, la minería representó el 4% del PIB del país en 2020. De esta cifra, una porción significativa proviene de la explotación de Pueblo Viejo, que se estima que puede producir unas 600.000 onzas de oro al año, lo que la convierte en la mayor mina de oro del país.
El yacimiento también ha permitido la creación de unos 3.000 empleos directos y hasta otros 10.000 indirectos (aunque la minera eleva la cifra hasta los 27.000) tanto en la propia explotación minera como en actividades relacionadas como el transporte, la construcción y los servicios, según datos oficiales de Barrick Gold.
Gracias también a las inversiones realizadas por la firma norteamericana, se han mejorado las condiciones de las carreteras, las redes de suministro de agua potable, el acceso a servicios de salud y la educación. En términos de infraestructura vial, por ejemplo, se han rehabilitado y ampliado carreteras clave, lo que ha mejorado la conectividad de la región y ha facilitado el acceso a mercados nacionales e internacionales.