
Nuevo cierre en la industria papelera catalana. Si en verano Iberboard Mill se declaró en concurso de acreedores y bajó finalmente la persiana al no encontrar inversores, ahora RDM Group (Reno de Medici) ha anunciado la clausura de su fábrica de Castellbisbal (Barcelona), con el despido de 237 empleados. La compañía justifica la decisión por las difíciles condiciones de mercado, con una demanda a la baja y unos costes al alza.
La compañía explica que se ha visto forzada a tomar este camino "por las difíciles condiciones de mercado, incluida una caída en el consumo, presiones inflacionistas en Europa y un contexto geopolítico desafiante exacerbado por el conflicto entre Rusia y Ucrania".
La empresa admite que se han acumulado los stocks de producto en los almacenes, lo que ha llevado a una actividad de fábrica muy baja. "En Iberia, la demanda ha decrecido mucho y este contexto impacta particularmente en la fábrica de Castellbisbal", añade.
RDM Group, no obstante, no cesará totalmente su producción en España. Mantendrá la fábrica de Paprinsa en Mollerussa (Lleida), desde donde suplirá el mercado ibérico. "Tiene mejores opciones de flexibilidad, lo que fortalece la competitividad de la empresa y se adapta mejor a las dinámicas presentes y futuras del sector", justifica.
Además de la instalación leridana, el grupo italiano cuenta con tres fábricas en Italia, dos en Países Bajos y una en Francia, Alemania y Suecia, que seguirán en funcionamiento.
Otro cierre en el papel catalán
El cierre de la planta de RDMGroup en Castellbisbal es un capítulo más de los problemas de la industria del papel catalana. En verano, por ejemplo, Iberboard Mill -propiedad de la familia Grífols y otros directivos de la farmacéutica- se declaró en concurso de acreedores. Ante la falta de interesados, en octubre entró en fase de liquidación.
Otro caso es el de J Vilaseca, con más de 300 años de historia, que sacó adelante una dura reestructuración con la oposición de la banca y ahora anda a la greña con las entidades por sus deudas.