
El Govern ultima un plan para enderezar el rumbo de Comforsa, la única sociedad participada al 100% por Avançsa, el hólding industrial de la Generalitat de Cataluña. Comforsa forma parte del perímetro de la SEPI catalana desde el año 1985. Fuentes del ejecutivo autonómico trasladan a elEconomista.es que se trabaja en un plan de actuación para "dotar de autonomía" la gestión de la empresa de forja ubicada en la comarca del Ripollès (Girona).
El documento adquirirá la forma de un contrato-programa de carácter plurianual, similar al que tiene Ferrocarrils de la Generalitat (FGC). Entre otras cuestiones, el plan determinará tanto precios de venta como la política de recursos humanos para asegurar el dimensionamiento de la plantilla, que actualmente asciende a unos 370 trabajadores. Una vez esté aprobado, permitirá al grupo metalúrgico gestionar con mayor diligencia su día a día y calendarizar su operativa e inversiones a medio plazo.
Un portavoz del comité de empresa añade que el plan está "bastante avanzado". De hecho, el anterior ejecutivo de ERC ya fijó las bases de este mecanismo en un decreto fechado en abril de 2023. Sin embargo, el adelanto electoral pospuso este objetivo.
Los trabajadores son los primeros interesados en que se conozca cuanto antes el nuevo contrato-programa. El convenio de empresa se halla en ultraactividad y el personal ya se manifestó hace un año para reclamar una subida salarial. En aquella ocasión, el Govern aprobó un incremento del 3% de forma extraordinaria para calmar los ánimos de la plantilla.
Cuatro fábricas
Comforsa cuenta con cuatro centros productivos, tres en la población de Campdevànol y uno en Ripoll --anteriormente contó con otra fábrica en Reinosa (Cantabria)--. La compañía está especializada en la fabricación de piezas para el sector del vehículo industrial y maquinaria pesada, con clientes como Volvo y Liebherr. En 2023, el grupo facturó más de 73 millones de euros y registró un ebitda (beneficio bruto) de 1,36 millones.
Sin embargo, los vaivenes en su cúpula directiva, sumados a la competencia de actores privados, han puesto históricamente en riesgo la continuidad de la empresa. Entre 2016 y 2020, Comforsa recibió una inyección pública de 36 millones de euros. Poco antes del Covid-19, el gobierno autonómico coqueteó con la idea de traspasar la empresa, pero el estallido de la crisis sanitaria arrumbó esta idea.
Nuevos proyectos
Desde el Govern, se pone en valor que la compañía exporta el 95% de su producción. "Pese a la ralentización de la actividad a nivel global en este y otros sectores, los nuevos proyectos incorporados recientemente y la mayor participación conseguida en proyectos ya existentes, permitirán mitigar la reducción de actividad generalizada que sufre el sector", añaden las mismas fuentes.
No se detalla cuál será el resultado consolidado en 2024, pero se apunta que se alcanzarán cifras "muy razonables" y se subraya la mejora de la rentabilidad conseguida a lo largo del presente ejercicio.
Respecto a las salidas de los directores de recursos humanos y finanzas, producidas a principios de este año, los mismos interlocutores aclaran que ambas vacantes se cubrieron de forma rápida mediante la "promoción interna". Conviene recordar que la crisis en la gestión se produjo después del cese del anterior director general, José Recaredo Vidiella, acusado de haberse subido el sueldo en 2021 sin el consentimiento del consejo de administración. El asunto se judicializó aunque el proceso sigue abierto tras casi dos años de diligencias.