Bruselas
El sector pesquero se revuelve contra el acuerdo alcanzado esta semana sobre las posibilidades de pesca de la UE para el año 2025. La controvertida propuesta de la Comisión Europea para recortar un 79% los días de trabajo para la pesca de arrastre en el Mediterráneo terminó rebajada al 69%, con una serie de medidas que el sector puede adoptar para ganar días de faena. Esas medidas, que pasan por cambiar las mallas o incluir vedas temporales en ciertas zonas, generan malestar en el sector por la dificultad de los armadores para actuar de forma conjunta, para cumplir los plazos o poder financiar tales inversiones.
Los pescadores el Mediterráneo son los principales damnificados en el reparto final de TACs (totales admisibles de capturas) y cuotas fraguado durante dos jornadas de negociación la pasada semana. No solo por la disminución de días de faena, además les afecta también ese recorte del 10% para las capturas de gamba roja. La negociación se zanjó con una serie de medidas compensatorias que los armadores pueden adoptar para recuperar días de trabajo. Se refieren a utilizar mallas de 45 milímetros para la pesca costera y de 50 para la pesca de profundidad. "Provocará que haya pescadores y buques que no puedan continuar con su actividad", apunta Javier Garat, secretario general de Cepesca.
El acuerdo establece, de forma progresiva, que cuantos más armadores adopten estas medidas compensatorias más días de trabajo se recuperan. Si, además, se hace en el plazo de seis meses pueden llegar a recuperar hasta un 30% de días de faena en el caso de la flota costera y hasta el 50% para la pesca de fondo. No obstante, Garat observa que los pescadores del Mediterráneo ya han adaptado sus barcos en los últimos años a los requisitos exigidos por Bruselas, que se requiere de una financiación a la que no pueden acceder en todos los casos y de los plazos, poco realistas, obligan a la flota a adelantar el capital.
"Los armadores del sector pesquero están descontentos. Cada barco tendrá qué ver qué medidas puede adoptar. Algunas dependen de él, pero otras dependen de que se llegue a un acuerdo a nivel de las flotas de los puertos y luego de las comunidades autónomas", ha indicado el representante de Cepesca la realidad de la implementación del acuerdo. A ello se suma que una malla más grande implica pescar menos. "La cuestión es analizar el rendimiento con la nueva malla, porque es evidente que van a pescar menos", agregó.
Parte de la solución podría venir de Bruselas pero el tiempo no ayuda. El ministro de Agricultura y Alimentación, Luis Planas mantuvo una conversación con el nuevo comisario de Pesca, Costas Kadis, que abrió la puerta a dirigir financiación del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca. Pero, aunque tal promesa llegara a concretarse, los pescadores tendrían que adelantar el dinero de tales inversiones, ya que el proceso de modificación de la normativa, la convocatoria especial o la entrega de expedientes podría extenderse, como mínimo, un año, apunta Garat.
La patronal Cepesca advertía de que el sector pesquero en la zona está al límite de su capacidad Se ha visto recortado en los últimos cinco años el 40% de los días de actividad de la flota y se ha procedido a cambiar las mallas de las redes para una pesca más selectiva. También se han creado vedas temporales para proteger a los juveniles de los reproductores y se dispusieron las llamadas puertas voladoras, que son que son puertas de arrastre que no tocan el fondo marino.
Pero también la flota del Atlántico, principalmente la gallega, tiene motivos para el descontento. La negociación, que el ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, calificó como "una de las más duras que se recuerdan", ratificó el acuerdo de la UE y Reino Unido con un recorte también para la flota que faena en el caladero del Gran Sol. Se rebaja un 20% las capturas de merluza del Gran Sol, un 20% la cigala, un 10% el gallo y 2% el rape.