Industria

Porcelanosa, la marca que revolucionó el baño con el 'glamour' de Isabel Preysler, cumple 50 años

  • El grupo castellonense factura 900 millones de euros en más de 150 países
  • Revolucionó el azulejo al apostar por la pasta blanca y sus propias tiendas
  • Hoy abarca todo tipo de equipamiento para hogares y grandes complejos
Mª José Soriano; el alcalde de Vila-real, José Benlloch; Héctor Colonques, presidente de Porcelanosa; y su hija Ana.
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Una visita real será el punto culminante del 50 aniversario de una marca española presente en los baños y los hogares más selectos de todo el mundo. El rey Felipe VI recorrerá este jueves la principal factoría de Porcelanosa en Vila-real (Castellón) como reconocimiento a la empresa que empezó fabricando azulejos y hoy equipa viviendas, hoteles, aeropuertos y centros comerciales en 150 países.

Las gigantescas naves del grupo castellonense están acostumbradas a recibir invitados ilustres. En Castellón aún se recuerda cuando el entonces príncipe de Gales y actual monarca Carlos III de Inglaterra protagonizó una cena de gala en la factoría en 2001 con invitados como Sofía Loren.

El nacimiento de la empresa de cerámica hace 50 años, sin embargo, tuvo mucho menos glamour. Su auténtica alma mater, José Soriano, fue uno de los pioneros de la industria del azulejo en la comarca de La Plana y fundó empresas como Azuvi, Zirconio o Todagres en una zona que hasta entonces vivía de los cítricos y había sufrido los reveses de las malas cosechas por las inclemencias meteorológicas.

Soriano, que llegó a aprovechar su viaje de novios en Italia para conocer los secretos de su industria cerámica, aglutinó a un grupo de socios con un objetivo: poner en marcha una fábrica de baldosas de pasta blanca. Este tipo de arcillas eran la materia prima utilizada en Italia, que permitía aumentar la calidad y el diseño de los azulejos frente a la pasta roja española.

Los hermanos mellizos Manuel y Héctor Colonques fueron parte de esos accionistas que pronto despuntaron y dejaron el día a día de su negocio citrícola para formar el equipo que convirtió a Porcelanosa en un caso de éxito. Soriano, que falleció en 2000, aportaba su experiencia de décadas en la producción mientras que los Colonques revolucionaron la comercialización de un producto que hasta entonces apenas se diferenciaba de los ladrillos o los sacos de cemento en los almacenes de construcción en que se vendía.

Un fichaje muy mediático

Dentro de esa estrategia, los Colonques fueron artífices de uno de los grandes puntos de inflexión: el fichaje de Isabel Preysler, su icono desde 1985. En plena separación del marqués de Griñón y su relación con el ministro de Economía socialista Miguel Boyer, Héctor la eligió tras comprobar que era quien más páginas ocupaba en las revistas del corazón. Manuel, que se presentó en persona en su casa y no cejó hasta ser recibido, fue quien la fichó.

La estrecha relación entre Preysler y los dueños de Porcelanosa se ha mantenido durante décadas y ha tenido continuación con su hija Tamará Falcó que, con su afición por la cocina, también se ha convertido en imagen de las línea de cocinas de la enseña.

Otra de las claves del éxito de Porcelanosa fue su apuesta por una red comercial que mimase la cerámica, primero con distribuidores locales como socios y poco a poco con sus propias tiendas, en cuya compra Soriano y los Colonques reinvertían sus beneficios. Hoy supera el centenar de establecimientos propios entre los más de mil puntos de venta con que cuenta.

Más que azulejos

A la fábrica cerámica original, sus socios han ido sumando paulatinamente otras compañías, como Gamadecor para muebles de cocina y baño, Noken para grifería o Krion, su marca de superficies sinterizadas que se utiliza tanto en cachas como en interiores. Un conglomerado que se reorganizó en torno a Porcelanosa Corporación, un holding con un volumen de negocio de 902 millones de euros en 2022 y 44 millones de beneficio neto, que emplea a cerca de 5.000 trabajadores.

Porcelanosa cumple este medio siglo con uno de sus fundadores, Héctor Colonques, en la presidencia y tras una reestructuración del grupo que supuso el fin de filiales como Venis. Una remodelación que también supuso la salida de la gestión de Manuel Colonques y su rama familiar, que vendió a sus socios buena parte de sus acciones, de una forma discreta y sin hacer ruido. La familia Soriano, con María José Soriano (hija de José) y su marido, Silvestre Segarra, en puestos ejecutivos, controla más del 59%. Héctor Colonques y sus herederos tienen un 27%. La siguiente generación ya tiene peso en la gestión, con Ana Colonques en la parte financiera y sus hermanos Héctor y José María al frente de distintos mercados.

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