
El resfriado europeo ya se nota en la industria española. Con economías como la alemana entre algodones, el sector manufacturero augura un segundo semestre peor que una ya débil primera mitad del año. Si hasta el momento el descenso se centraba en los productos destinados a otras factorías, el freno ya afecta a los artículos de consumo. Por el momento, el contagio de la bajada de demanda no se expandió a España, pero es solo cuestión de tiempo, sostienen. Sí comienza a impactar en la actividad y el empleo, con empresas que ya plantean nuevos expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) por la rebaja de los pedidos.
"El año pasado ya tuvimos una caída del consumo eléctrico del 25% y este 2023 vemos que no hay recuperación. Con el escenario macroeconómico existente esperamos el segundo semestre y 2024 la situación sea igual o posiblemente peor", señala Pedro González, director general de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE).
Según los datos de S&P Global, la industria española se contrajo en agosto por quinto mes consecutivo y sufrió la mayor desaceleración de lo que va de año. Cayeron tanto la producción como los nuevos pedidos y las compras y dejaron el índice en 46,5 puntos (47,5 puntos en julio), lejos de los 50 puntos que dividen bajada del crecimiento.
El parón se concentra en la actividad europea, mientras que las exportaciones fuera del continente resisten mejor. "El descenso lo hemos notado a nivel europeo. Aunque la demanda se ha mantenido de momento en el mercado nacional, tarde o temprano la caída también llegará", señala Clemente González Soler, presidente de Alibérico, grupo industrial y tecnológico especializado en la fabricación de productos semitransformados del aluminio.
La debilidad existe desde comienzos de 2023, pero se acentuó con la llegada del verano
Primero fue la recesión en Alemania, pero el descenso ha llegado a la economía de consumo. "El parón en Alemania impacta de lleno en la industria española, que muchas veces es dependiente o presta servicios a la del centro de Europa", recuerdan desde la patronal española del metal, Confemetal. "Desde febrero veníamos notando cierta debilidad en la demanda de nuestros clientes del centro de Europa, pero a partir de julio hemos notado un parón en el sector consumo en todo el continente que ha alcanzado el 50%", añade González Soler.
Este descenso vaticinado también por las grandes asociaciones siderúrgicas del planeta fue clave, por ejemplo, en el reciente juicio sobre la reestructuración de Celsa. En la sentencia que otorgaba el control de la compañía a los fondos de inversión, el juez se quedó con las valoraciones más conservadoras –presentadas por los acreedores- apoyadas en las expectativas de caídas de precio y producción que auguran instituciones como World Steel Association.
Y el descenso de la actividad no se limita a la industria pesada. En un reciente encuentro con medios, Jordi Mercader, presidente del grupo papelero Miquel y Costas, advertía de que el golpe también les afecta. "Se nota una caída en el sector del cartón; está cayendo el stock, pero en algún momento la tendencia tendrá que rebotar. ¿Cuándo? Eso es lo que no sabemos", señaló.
Precisamente el acopio de producto por parte de los clientes fue el argumento de compañías para Fluidra para justificar los descensos de ventas sufridos en los últimos meses. Sin embargo, los pedidos no se reactivaron –a nivel general- como el sector manufacturero esperaba y firmas como el grupo de piscinas tuvo que rebajar sus previsiones para todo 2023 sufriendo caídas de ventas del 14% en el sur de Europa y de hasta el 28% en el centro y el Norte del continente.
Aunque todavía no de forma masiva, ya se presentaron los primeros ERTEs
La ralentización ya se nota en el empleo, aunque todavía no de forma masiva. "Nuestra fábrica de Iberfoil, en la provincia de Huesca, es la primera que lo ha notado, a pesar de no haber perdido ningún cliente. Muchas plantas industriales en Europa están cerrando por la debilidad de la demanda", señala González Soler. Los primeros ERTE ya se pusieron sobre la mesa: el grupo Aludium, que engloba tres antiguas fábricas de Alcoa en España y Francia, mandó a casa a su plantilla de Amorebieta y Alicante durante varios días y Tableros Losán pretende aplicar también un ajuste de personal en Soria.
Los sindicatos sostienen que los despidos temporales todavía no son masivos, pero añaden un factor más al mapa de incertidumbre. "Estamos preocupados porque la inestabilidad política actual haga que se detengan los planes de inversión para hacer frente a la caída de empleo que provoca el nuevo modelo productivo. Tenemos un pacto con las patronales y estamos a la espera de que los principales partidos políticos se pongan de acuerdo para apoyarlo", explica Juan Antonio Vázquez, secretario de Política Industrial de UGT.
Y es que el papel de la política despierta críticas entre el empresariado industrial, aunque los focos se dirigen hacia la Unión Europea, más en un momento en el que existe un consenso de recuperar la actividad manufacturera en el continente. En mayo, la Mesa Redonda Europea para la Industria publicó una encuesta que aseguraba que el 57% de las grandes empresas europeas se planteaba desplazar inversiones a Estados Unidos en los próximos dos años tras el paquete de ayudas anunciado por la administración Biden.
El CEO de Repsol pide una política energética que ponga la competitividad industrial en el centro
"Europa tiene un problema con la industria porque no la cuida. Existe un exceso de regulación en comparación con Estados Unidos y Asia, no tiene sentido que no podamos fabricar algo aquí, pero sí podamos importarlo", lamenta el presidente de Alibérico. Pidió también un modelo que no vaya contra la competitividad de la industria el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, durante el VIII Foro de Energía organizado por elEconomista.es. El dirigente pidió que la energía "tenga vida propia" y demandó una política que tenga en el centro la competitividad y un precio asequible para la industria y las familias.
A pesar de que el precio de la energía es la mitad del de 2022, se mantiene muy por encima del previo a la pandemia. Y en algunos sectores, las tensiones en la cadena de suministro todavía no han quedado resueltas. "Los precios siguen siendo altos y así es muy difícil competir", admiten desde Confemetal.
Sin ello, se hace muy complicado competir con la política de costes de las empresas chinas tras la reapertura de sus fronteras. Así lo admitía el presidente de Miquel y Costas, pues el sector papelero ya nota el efecto de los artículos procedentes del gigante asiático, más baratos. "En algunos casos venden haciendo dumping", añade González Soler.
La industria española suma cinco meses de contracción
Según los datos del índice de gerentes de compra del sector manufacturero español del índice HCOB elaborado S&P Global, la industria del país registró su mayor descenso en lo que va de año en agosto y sigue su racha negativa. El principal lastre fue la contracción de los pedidos, que bajan por quinto mes consecutivo influenciados en buena parte por los mercados extranjeros. Los pedidos para exportar mostraron un "fuerte declive", señala la consultora.
La caída de la demanda provocó un descenso de la producción, que baja por cuarto mes seguido, por lo que las empresas redujeron sus compras y en agosto se produjo el segundo recorte más intenso en tres años. "Tenemos bastante certeza de que el sector manufacturero ha entrado en una recesión, que comenzó en el segundo trimestre. Estimamos que la caída de la industria se ha agudizado, alcanzando cerca de -1 % este trimestre", defiende Cyrus de la Rubia, economista jefe del Hamburg Commercial Bank.
Sin embargo, el analista coincide con los sindicatos en que la rebaja de la actividad todavía no afecta de manera importante al empleo. A pesar de ello, advierte: "En el corto plazo la situación empeorará antes de volver a mejorar".