
De los primeros cepillos de dientes de la historia de los que se tiene constancia hace más de 5.500 años en Babilona y Egipto a los actuales la esencia ha cambiado muy poco. Aunque los materiales de hoy son muy distintos, la base sigue siendo la misma: un mango con filamentos en uno de sus extremos para frotar sobre los dientes. Una tecnología muy simple que una empresa española, Balene, y su fundador y CEO, Paul Victoria Mancy, quiere revolucionar por completo.
Balene lanzó en abril del año pasado sus primeros cepillos de dientes con un diseño que permite limpiar en la misma pasada tanto la parte interna como externa de la dentadura. Para ello su producto cuenta con un cabezal móvil fabricado con tyflex, un tipo de elastómero que mejora sus propiedades. Desde entonces, la nueva marca ya ha comercializado 150.000 unidades en España. "Nos hemos convertido en la tercera marca en ventas en el canal farmacia y ya tenemos una cuota del 4%", explica Mancy.
La startup nacida para ser disruptiva en algo tan cotidiano como limpiarse los dientes y que es un mercado dominado por gigantes mundiales como Colgate-Pamolive, Procter & Gamble con Oral B o GSK con marcas como Binaca y Sensodyne. Para ello ha logrado el apoyo de inversores de ámbitos muy dispares. Desde grandes directivos del mundo de las finanzas como el antiguo CEO de BBVA, Ángel Cano; Emilio Restoy, dueño de Zamora Company; el grupo de las bodegas Ramón Bilbao, o el fundador de Goiko Grill, Andoni Goicoechea, entre otros. Unos socios que aportaron 2,5 millones de euros.
Balene empezó a fraguarse en la cabeza de Mancy en 2012, a raíz de su experiencia personal cuidando a sus padres enfermos. "No había ningún producto en el mercado que permitiera cepillar los dientes correctamente a una persona que necesita asistencia", explica el propio Mancy, que entonces era director de Marketing para Europa de la división de salud bucodental del gigante GSK.
Fue así como desarrolló una patente que mejora notablemente la limpieza de la zona interna de la dentadura, que permite que otra persona pueda realizarlo y además utiliza un material con más durabilidad y propiedades antibacterianas en lugar de las tradicionales cerdas de nylon. Una tecnología que se ha visto refrendada por varios estudios académicos que corroboran su mayor efectividad para eliminar la placa bacteriana, el último de ellos publicado en la revista científica Antibiotics.
Para culminar el proceso de registro mundial el directivo necesitó cinco años. Pero esa no fue la única dificultad. También el salto industrial fue más lento, por las dificultades técnicas para lograr producir el elastómero en plena pandemia. La compañía produce sus cabezales de este material en una factoría especializada en inyección en Castalla (Alicante), mientras que el ensamblaje final y el packaging se realiza en un centro de Ilunion, el grupo empresarial de la Once, en Ribarroja (Valencia).
La firma lanzará en breve su cepillo eléctrico para saltar del canal farmacia al gran consumo
Tras arrancar con sus cepillos manuales, con un precio cercano a los 10 euros, muy superior a los tradicionales, ya los ha introducido en cadenas de distribución como Carrefour y Alcampo. La marca, que ya factura 1,5 millones de euros, también ha apostado por el comercio electrónico y en junio y julio sus cepillos fueron los más vendidos en Amazon en España.
Un éxito que, sin embargo, Mancy considera solo un primer paso en su estrategia para que la empresa española pueda competir con los gigantes mundiales del sector. Balene ya tiene en marcha el lanzamiento de su primer cepillo eléctrico que utiliza tecnología sónica para mover su cabezal. Un producto con el que quiere desembarcar por completo en el gran consumo, en distribuidores como El Corte Inglés y MediaMarkt. Además Balene Duotech supondrá un importante salto en volumen de negocio, ya que su precio de venta rondará los 90 euros.
"También hemos estado trabajando en una línea de producto infantil, que será nuestro siguiente lanzamiento", comenta Mancy, que asegura que junto con estas tres líneas Balene ya tiene en cartera otros cinco proyectos de innovación bucodental para seguir ampliando su negocio. "Creo que el sector de la higiene dental va a dar un salto por la relevancia que se le está empezando a dar a sus efectos en la salud en general y especialmente en algunas enfermedades", apunta.
Expansión internacional
La empresa española ya vende sus cepillos en el exterior, aunque más por el interés de distribuidores de otros países que han querido incorporarlo a su catálogo que por estrategia propia. Es así como ha llegado a Portugal, Australia y Nueva Zelanda, México y Uruguay.
Precisamente para impulsar su desarrollo y su expansión geográfica Mancy ya trabaja en una nueva ronda de financiación. La compañía también prevé utilizar estos fondos para reforzar su inversión en innovación y marketing, además de reforzar su plantilla.