
A punto de acabar el año 2015, es hora de hacer cuentas y si hay algún organismo que ya sabe que no le van a salir, ésa es la Seguridad Social. A pesar del medio millón de empleos creados (podrían ser más a falta de conocer el dato de diciembre) a lo largo del año, todo apunta a que un año más se quedará lejos de su previsión de ingresos para el ejercicio, lo que provocará que el déficit del sistema vuelva a superar el 1% del PIB.
Pero si esta vez la excusa para el agujero no es la caída del empleo, ¿qué ha ocurrido? Una de las razones fundamentales es que los nuevos empleos apenas llenan las arcas de la Seguridad Social. Según los datos del sistema hasta noviembre, los derechos reconocidos por cotizaciones sociales apenas han aumentado en 1.300 millones en los once primeros meses del año, pasando de 90.818 millones a 92.128 millones. Aún siendo optimistas, el cierre del ejercicio no dará un saldo superior a los 1.600 o 1.700 millones extra.
Esta cifra contrasta con lo que ocurría antes de la crisis, cuando las arcas de la Seguridad Social rebosaban con los nuevos empleos. En 2007, año en que se crearon 446.000 puestos de trabajo, las cotizaciones aumentaron en 7.552 millones de euros, es decir, una creación de puestos similar a la de 2015 generó cuatro veces más de ingresos en 2007 de los que han generado este año.
La creación de empleo no se traduce en ingresos
Las razones de esta moderada subida de ingresos son varias. Para empezar, los salarios de los puestos que se están creando serían más bajos de lo que eran en 2007, a lo que contribuye también el fuerte repunte experimentado por el tiempo parcial. También bonificaciones como la exención de cotizar por los primeros 500 euros ayudan a crear puestos, pero reducen los ingresos al sistema.
Finalmente, hay otro factor importante que está contribuyendo a que se incumplan las previsiones de ingresos de la Seguridad Social: el paro de larga duración. El Ministerio de Empleo esperaba que los parados que cobran una prestación contributiva aportasen al sistema 7.800 millones este año. En los once primeros meses del ejercicio, estos apenas han recaudado 6.100 millones, un 78% del total, por lo que la cifra final se desviará en al menos 1.000 millones respecto de las previsiones.
Y mientras los ingresos no se animan todo lo esperado con la creación de empleo, los gastos sí siguen el guión previsto. El principal gasto del sistema, las pensiones, ha crecido en más de 3.000 millones de euros en los once primeros meses del año, a pesar de que el número de pensiones abonadas cada mes apenas ha aumentado en 89.857 a lo largo del ejercicio 2015.