
A pesar de la mejoría del empleo, que crece a un ritmo anual del 3,1%, el déficit de la Seguridad Social no deja de engordar. Hasta septiembre, su desfase presupuestario ha aumentado un 78%, situándose en 5.563 millones de euros y con pocos visos de mejorar en el último trimestre del año.
Las previsiones de Hacienda indican que el sistema cerrará el año 2015 con unos ingresos de 109.833 millones de euros, pero hasta ahora apenas ha registrado derechos por valor de 75.266 millones. De esta forma, salvo que ocurra un milagro en materia de empleo en el tramo final del año, la recaudación rondará los 100.000 millones de euros a 31 de diciembre, lo que supone un "agujero" de 10.000 millones de euros en los ingresos.
De hecho, mientras la afiliación ha vuelto a superar los 17 millones de personas (17,189 millones según los datos de septiembre), los ingresos no llegan al nivel de la última vez que había tantos ocupados. En los nueve primeros meses de 2015, los ingresos son de 75.266 millones, mientras que en 2011, último año en el que se superaban los 17 millones de cotizantes los ingresos eran 3.200 millones más que ahora.
La afiliación crece un 3% anual
Estos datos muestran cómo la mejoría de los indicadores relacionados con el empleo no es suficiente para resucitar las cuentas de la Seguridad Social. Por primera vez desde que empezó la crisis el ratio de cotizantes por pensionista está mejorando, pero eso no es suficiente para frenar el agujero del sistema, sino que su situación financiera continúa empeorando y es necesario recurrir cada poco al fondo de reserva de las pensiones para evitar emitir deuda.
¿Cuáles son los motivos de esta situación? Por un lado, el incremento del gasto, sobre todo en pensiones, que bate récord tras récord todos los meses. Por ejemplo, mientras que la cifra de afiliados es similar a la de 2011 y los ingresos que generan son 3.000 millones más bajos que entonces, el gasto en pensiones es ahora un 10% mayor, con 77.086 millones hasta septiembre (frente a los 70.654 millones de los nueve primeros meses de 2011).
Pero también los ingresos son más bajos debido fundamentalmente a dos causas. Primero, la rebajas en las cotizaciones aprobadas por el Gobierno en los últimos años, que abaratan las contrataciones a costa de los ingresos de la Seguridad Social. Y, muy relacionado con esto, las rebajas salariales aplicadas durante la crisis (muchos nuevos contratados cobran menos que personal más antiguo) provocan que cada trabajador cotice menos que sus predecesores al sistema, ahondando su agujero.