
El pasado mes de abril, en pleno confinamiento de la sociedad española a causa de la crisis sanitaria provocada por la expansión del coronavirus, el número de llamadas recibidas por el teléfono de atención a víctimas de violencia de género (016) aumentó un 60% con respecto al mismo periodo del año anterior. En total, fueron 8.632 las llamadas recibidas, lo que supone 3.236 más que en abril de 2019.
En palabras de Ana Muñoz de Dios Castro, directora general de Fundación Integra, la violencia de género "no es un problema aislado y, por desgracia, en tiempos de confinamiento esto se hace aún más invisible". En declaraciones a elEconomista, la directora general añade que "todos tenemos que ser conscientes de que nos afecta como sociedad y que es una lacra que tenemos que combatir todos juntos".
En ese "todos" cobra un especial protagonismo el conjunto de las empresas de nuestro país, como generadoras de oportunidades laborales. Y es que, el propio Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades (IMIO) asegura que la obtención de un empleo no solo aporta independencia económica y personal a las víctimas de violencia de género, sino que contribuye a la recuperación de su autoestima.
Bien lo sabe Muñoz de Dios, pues, en la fundación que dirige, todo esfuerzo se encamina a intermediar entre las empresas y las entidades sociales para lograr la inserción laboral de personas en exclusión social. Para las mujeres víctimas de violencia de género, "el trabajo es el último eslabón para la normalización de su nueva vida", explica. Y es que "cuando rompen la relación con su maltratador se encuentran en una situación de aislamiento".
En este sentido, un informe publicado por la Fundación Adecco a finales del año pasado señalaba que un 68% de las mujeres víctimas aseguraba que el empleo le había ayudado a superar la situación de violencia. Además, el estudio (titulado Un empleo contra la violencia) ofrecía otra serie de datos reveladores como que un 61% de las mujeres encuestadas víctimas de violencia estaba desempleada y, de estas, más de la mitad (50,6%) se encontraba en paro de larga duración.
La búsqueda de un empleo en estas circunstancias no es nada fácil. A causa del maltrato sufrido, aparecen poderosos lastres que dificultan la incorporación al mercado laboral. A la falta de autoestima se suma, en la mayoría de los casos, la escasa o nula experiencia laboral previa, cargas familiares no compartidas y graves carencias económicas; "muchas de ellas no pueden ni asumir el coste de un viaje de autobús para acudir a un curso de formación o incluso a una entrevista de trabajo", explica Muñoz de Dios.
Fundación Integra ha facilitado más de 10.200 empleos a mujeres en situaciones vulnerables
Por tanto, el acompañamiento que aporta la Fundación Integra en este proceso de búsqueda a través de numerosos programas se revela como esencial. Entre estos, se encuentran Un nuevo futuro con Mary Kay, llevado a cabo junto a la marca de cosmética; Mujeres caminando hacia el empleo, realizado de la mano con Fundación Repsol; Juntas contra la violencia de género, con Mutua Madrileña o De Mujer a Mujer, en colaboración con Banco Santander. Gracias a dichos programas, la organización ha facilitado más de 10.200 empleos a mujeres en situaciones vulnerables.

Cabe destacar que, desde 2012, existe la Red de Empresas por una Sociedad Libre de Violencia de Género, iniciativa de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género y el IMIO, para promover la implicación de las empresas en este tema. En la actualidad, dicha red integra a 129 entidades, tanto públicas como privadas.
"Más del 50% de las empresas que trabajan en colaboración con Fundación Integra forman parte de esta red", explica Muñoz de Dios. "Esto significa que hay un movimiento empresarial cada vez mayor que está apoyando diferentes iniciativas para erradicar esta situación".
Un ejemplo: 'De Mujer a Mujer'
Por cuarto año consecutivo, se pone en marcha De Mujer a Mujer, un programa de mentoring en el que han participado 59 mujeres víctimas de violencia de género. Tal y como explica la directora general de la Fundación Integra, "es un programa que lleva a cabo Banco Santander con nuestra colaboración desde 2017, y cuyos buenos resultados lo han respaldado año tras año". Así, en la pasada edición se consiguió la inserción laboral del 80% de las mujeres participantes. "En realidad, puede decirse que este programa alcanza el 100% del éxito porque aquellas mujeres que finalmente no encontraron un empleo fue porque decidieron opositar o tomaron otra decisión que era la mejor en ese momento para ellas", afirma Muñoz de Dios.

Gracias a De Mujer a Mujer, durante seis meses, 15 profesionales de la entidad bancaria acompañan a 15 mujeres que han sufrido violencia de género en su acceso al mundo laboral a través de sesiones individualizadas (asesoramiento, intermediación, seguimiento…) y actividades grupales (talleres, dinámicas de roll play, simulaciones de entrevistas de trabajo, y una visita a la sede de Banco Santander, entre otras).
Una de las profesionales de Banco Santander que ha participado en este programa como mentora es Victoria Alonso, responsable de pagos y presupuestos de Santander Universidades. "Lo que más me llamó la atención es lo baja que tienen su autoestima estas mujeres. Se sienten inútiles para afrontar nuevos retos, desconfían de sus capacidades, aun teniendo carrera universitaria", explica. "Necesitan un empujón de una persona, en este caso otra mujer que trabaja, que les ayude a abrir los ojos y a empezar a ver la luz al final del túnel".
Cabe destacar que dichas mentoras también reciben previamente una sesión de formación, en colaboración con Fundación Humaniza, "para profundizar en la realidad de la violencia de género y en los conceptos y técnicas del mentoring como herramienta de desarrollo personal y laboral", señala Muñoz de Dios. Al final de dicha jornada las mentoras conocen a sus mentees, asignadas por la Fundación Integra. "En mi caso, fue un flechazo a primera vista por ambas partes, desde el primer momento hubo conexión entre nosotras y mantuvimos contacto diario por WhatsApp", cuenta Alonso. Hoy en día, "sigo teniendo contacto con ella, pues ha surgido entre nosotras una amistad".
También la Fundación Integra realiza a posteriori un seguimiento continuado de las mujeres participantes. "De hecho, si debido a la temporalidad del mercado laboral algunas de ellas causan baja en la empresa, vuelven a nosotros", explica Muñoz de Dios. "No dejamos nunca de trabajar con ellas, mientras hayan tenido una buena valoración en la empresa, que suele ser así. Fundación Integra seguirá siendo bolsa de empleo social para aquellas que lo necesitan. El haber tenido ese primer empleo ya ha cambiado su curriculum y su autoestima, y no solo le abre las puertas al mercado laboral, les da la posibilidad de retomar las riendas de su vida".
