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Un ex rehén de las FARC dice que estaban como en un campo de concentración

Las condiciones en que la guerrilla de las FARC mantiene a los secuestrados en Colombia son las de un campo de concentración, aseguró este jueves un ex congresista liberado que también narró que tres rehenes estadounidenses intentaron enviar con él mensajes al presidente de su país, George W. Bush.

"Las condiciones de reclusión son las de un campo de concentración", dijo en un emotivo relato desde Caracas el ex senador Luis Eladio Pérez, un día después de haber sido entregado por las FARC al Gobierno de Venezuela y al Comité Internacional de la Cruz Roja junto a otros tres rehenes.

En diálogo con la privada radio Caracol, Pérez denunció que tanto él como la política colombo-francesa Ingrid Betancourt, de quien fue confidente según admitió ésta en una reciente prueba de supervivencia, recibieron maltratos por parte de los captores.

"Yo le caí mal a la guerrilla porque fui contestatario permanentemente. No claudiqué. Por supuesto, Ingrid lo mismo, con dignidad y valentía excepcional", relató Pérez tras revelar que tras un intento fallido de fuga "los guerrilleros intentaron pegarle a Ingrid para que se dejara colocar las cadenas".

"La situación se tornó muy complicada y ello nos generó una situación de maltrato permanente. Una animadversión tremenda (hacia Betancourt) que se mantiene: que burgueses, que políticos, en fin, generó un clima muy desagradable frente a los guerrilleros que siempre trataron de amargarnos la vida en todo aspecto", añadió.

Sin embargo, el ex rehén consideró que los rebeldes no atentarán contra Betancourt pues, dijo, "ella es el botín de oro para los rebeldes".

"Yo pensé que a mí me iban a matar. Incluso le mandé con Ingrid un mensaje a mi familia porque siempre entendí que a ella no (la asesinarían) porque indiscutiblemente para las FARC Ingrid es el botín de oro en este desgraciado proceso", señaló.

Pérez también reveló que los tres rehenes estadounidenses Marc Gonsalves, Thomas Howes y Keith Stansell les enviaron con él cartas al presidente George W. Bush y a algunos candidatos a la Casa Blanca, pero que éstas fueron confiscadas por la guerrilla.

El ex senador colombiano negó también que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) estén diezmadas como asegura el gobierno del colombiano Álvaro Uribe y sostuvo que incluso se han fortalecido con un "impuesto" que cobran a los comercializadores de coca.

Aunque no quiso entrar en mayores detalles, el ex rehén señaló que en una de sus travesías, durante el cautiverio, pernoctó en territorio ecuatoriano.

"Yo dormí en Ecuador. Con eso le digo todo. Usábamos botas marquilla ecuatoriana, desodorantes, drogas brasileñas, jabones venezolanos", relató Pérez, quien fue liberado junto a los ex congresistas Gloria Polanco, Orlando Beltrán y Jorge Eduardo Gechem.

Los cuatro ex congresistas hacían parte de un grupo de al menos 43 rehenes que las FARC pretenden canjear por unos 500 rebeldes presos, entre ellos Betancourt, los tres estadounidenses, cuatro políticos y decenas de militares y policías.

Gloria Polanco, ex congresista colombiana, dijo este jueves que sólo la esperanza de volver a ver a sus hijos logró mantenerla con vida pese a las dificultades del cautiverio y al asesinato de su esposo por la guerrilla.

"Yo sufrí y he sufrido terriblemente porque pasé por etapas supremamente duras, me secuestraron con mis dos hijos mayores, me separan de ellos a los siete meses, me meten a una 'cárcel' y después es asesinado mi esposo", recordó Polanco en declaraciones a la radio Caracol de Bogotá.

Polanco, de 49 años, fue secuestrada el 26 de julio de 2001 por un comando que asaltó el edificio de apartamentos en la ciudad de Neiva (350 km al sur de Bogotá) donde vivía y se la llevó junto con dos de sus tres hijos, entonces menores de edad y quienes recuperaron la libertad el 13 de julio de 2004.

"Fue una tortura impresionante, especialmente en lo mental. Todos los días levantarnos y mirar lo mismo, hacer lo mismo, desayunar y almorzar lo mismo. Era muy triste", señaló Polanco, al resumir la vida de un grupo de rehenes de las FARC, algunos desde hace más de 10 años, en lo profundo de la selva.

Uno de los momentos más duros de su cautiverio, señaló la ex congresista, fue la tarde del 3 de diciembre de 2005, cuando se enteró por un programa radial dirigido a los secuestrados de que su esposo, Jaime Lozada, había muerto en un atentado de las FARC.

"Lloré toda la noche. Los guerrilleros me suministraron un plástico y un encendedor para que llorara allí, a la luz de una vela. Al otro día me tocó caminar media jornada llorando por todo el camino. No volví a salir, no volví a tomar alimentos durante casi un mes, no quería salir a nada", narró Polanco.

La recién liberada dijo que poco a poco "fui tratando de recuperarme porque tenía más responsabilidad con mis hijos. Ellos me necesitaban, habían quedado solos".

"Tomé conciencia, ellos me daban toda la fortaleza. Me decían (en mensajes radiales) que estaban fuertes y echando para adelante, y eso me ayudó muchísimo por lo que traté de superar todo esto, con mucho dolor", agregó.

"No hallaba qué hacer. Sentía enloquecerme, pero sacaba fuerzas y tenía que hacerlo porque necesitaba mucha, mucha fuerza. Y por eso estoy aquí en este momento, feliz y dichosa, en medio de mis seres adorados", agregó la ex rehén.

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