
Con más de medio centenar de restaurantes en España, la multinacional estadounidense Subway ?la cadena más grande del mundo en cuanto a número de locales y especializada en la elaboración y venta de bocadillos- ha decidido dar una vuelta de tuerca a su plan de expansión en España para implantarse no sólo en locales a pie de calle o en centros comerciales sino en ubicaciones menos tradicionales como aeropuertos, estaciones de servicio o parques temáticos. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Franquicias y Emprendedores
Si en los primeros ya tiene experiencia dentro de nuestras fronteras, al estar presente en el aeropuerto de Palma de Mallorca, en el de Gerona, en el de Alicante y en el de Murcia, en las otras dos ubicaciones también las tiene, pero no en nuestro país.
Algo que la firma ha decidido cambiar mediante un ambicioso plan de expansión en España pilotado desde su oficina en Madrid, que en este año, si sus planes no fallan, les llevará a crecer un 35 por ciento.
Diversificación
Con esta diversificación en sus ubicaciones, la compañía ?fundada por Fred DeLuca en 1965 en Connecticut (Estados Unidos)- prevé llegar al año 2020 con una red de 150 locales operativos en España, donde su primer restaurante no tradicional se instaló en la base militar de Rota (Cádiz).
Su planteamiento para instalarse en nuevos aeropuertos españoles pasa por ofrecer a sus franquiciados condiciones especiales, con un canon de marketing inferior al de los restaurantes tradicionales.
Eso sí, sin modificar la carta de productos que ofrece en la calle y realizando los mismos controles de calidad que lleva a cabo en sus restaurantes tradicionales. "Nos encargamos de que los empleados -suele ser personal subrogado- reciba la formación necesaria y cumpla con los estándares de excelencia de nuestra franquicia", matizan fuentes de la compañía.
Gasolineras
En lo que respecta a las gasolineras, Subway, al igual que en ubicaciones tradicionales, se posiciona como una opción para pequeños inversores. "Dada nuestra flexibilidad, nos adaptamos a espacios muy pequeños, sin ser necesarias salidas de humos, lo que hace posible ubicar un restaurante prácticamente en cualquier lugar. Además, la inversión necesaria para abrir un local de Subway es de las más bajas de nuestro segmento, por lo tanto somos una alternativa perfecta para pequeños inversores propietarios de gasolineras que quieren ofrecer a sus clientes un servicio adicional basado en un producto fresco, adaptado a sus necesidades, más allá de los sándwiches empaquetados o la comida precocinada", sostienen fuentes de la multinacional a elEconomista Franquicias y Emprendedores.
Además de seguir incrementando su presencia en aeropuertos y llegar a las gasolineras, Subway quiere ampliar su presencia en España instalando nuevos locales de su firma en otras localizaciones poco corrientes para las cadenas de restauración, como concesionarios de automóviles, parques temáticos y museos, estadios y/o casinos, hospitales o cines, colegios y universidades.
Criterios que ya ha aplicado a escala internacional y que han contribuido a que de los más de 44.000 restaurantes abiertos hoy en día en todo el mundo, más de 9.000 se encuentren en ubicaciones no tradicionales.
Cuenta con 4.400 restaurantes
Actualmente cuenta con más de 4.400 restaurantes ubicados en tiendas de conveniencia de todo el mundo y supera la cifra de 200 en aeródromos internacionales. Hasta el momento, Subway tiene presencia en aeropuertos europeos como Faro (Portugal), Munich (Alemania) y Moscú (Rusia) y su lista crece cada año en todos los continentes, desde América hasta Asia pasando por Oceanía, con presencia en Australia y Nueva Zelanda.
Pese a esta larga lista, el afán de Subway para implantarse en ubicaciones no tradicionales le ha hecho llegar a destinos poco convencionales para otras cadenas de restauración, casi insólitos y, en cualquier caso, curiosos.
¿Ejemplos? Uno de ellos es el restaurante que se instaló en el interior de una iglesia, ubicada en Buffalo (Nueva York) -gracias a un programa dirigido por un pastor que utiliza dicho establecimiento como medio de reinserción social de jóvenes que se encuentran en riesgo de exclusión-, y otro es el que se adaptó a un contenedor durante las obras de construcción de la Torre de la Libertad de Manhattan -en el solar que dejaron las Torres Gemelas tras los ataques del 11 de septiembre de 2001-. En este caso el restaurante se elevó planta por planta permitiendo ahorrar a los obreros más de hora y media de desplazamientos entre subir y bajar en el momento de las comidas.