Franquicias

La franquicia, oportunidad de negocio para los supermercados

  • Cualquier barrio dispone de una oferta de productos impensable en los 90

Para el inversor o el empresario que quiere abordar una alianza comercial -como es la franquicia-, las nuevas tendencias suelen aportar un atractivo especial tanto por las potencialidades de crecimiento y de rentabilidad como por el propio desafío empresarial. Más noticias en el suplemento gratuito elEconomista Franquicias y Emprendedores

Sin embargo, los sectores maduros ofrecen un modelo contrastado y fiable.

El sector de gran consumo y, en concreto, la actividad de los supermercados, suele encuadrarse en los sectores maduros. Aun así, se trata de un negocio muy vivo: la actividad comercial nace y renace permanentemente adaptándose a los nuevos tiempos, a las exigencias y a las coyunturas.

Pero en todos los casos hay un factor común y es que el proceso de reinvención se hace siempre sobre los mismos pilares básicos, que son satisfacer necesidades reales y permanentes de los clientes y también del conjunto de la economía y la sociedad.

Desarrollo económico y social

El comercio de base alimentaria ha cumplido esas funciones esenciales para el desarrollo económico y social que justifica su actividad ayer hoy y mañana y, por tanto, garantiza mejor que ninguno una capacidad de superar cualquier moda pasajera.

Desde el punto de vista del modelo económico, las cadenas de distribución han pasado de una visión estanca de la distribución comercial a una dinámica intercomunicada de las actividades económicas.

En los últimos años hemos hecho una transición muy rápida de la cadena de suministro al concepto de cadena de valor que introdujera Michel Porter en 1985 y que se ha internalizado como elemento de análisis en todas las actividades.

Esto significa que, además de sus funciones estrictas de comunicación de oferentes y demandantes, el comercio minorista asume su visión de dinamización y activación de las actividades económicas. Las cadenas de distribución tienen capacidad para trabajar de manera cada vez más integrada con sus proveedores en la definición de estrategias de marketing y ventas, de diseño de productos.

Aportación social

En cuanto a su aportación social, la distribución comercial está siendo un canal para la comunicación de culturas y para mejorar la calidad de vida en los puntos más recónditos de nuestro país.

Gracias fundamentalmente a la franquicia y a otros modelos asociativos, cualquier población española, por pequeña que sea, cualquier barrio de una gran urbe, dispone de una oferta de productos de alimentación y gran consumo en cantidad, variedad y precio que hubiera sido impensable hace dos décadas.

En una sociedad tan globalizada como la nuestra el comercio es además un dinamizador cultural, acercando los países y las regiones a través de sus productos alimentarios y, al mismo tiempo, preservando y manteniendo la identidad cultural y gastronómica de los pueblos.

En cuanto a los nuevos retos, el desafío de la distribución en la era tecnológica no es sólo el de poder aprovechar en beneficio del cliente todas las posibilidades tecnológicas que ofrecen los nuevos dispositivos. Ciertamente, la incorporación de las TIC será la clave fundamental que marque las trasformaciones del sector.

Las empresas del sector tienen una mayor potencialidad para tener un conocimiento cada vez más afinado de los distintos tipos de consumidores, y ser capaces de proporcionar los mejores productos, las soluciones más eficaces y las experiencias más gratificantes en un mercado en el que las tecnologías han roto las barreras de los mercados y de la competencia.

Las cadenas de supermercados, a través de sus tiendas propias y franquiciadas, están además en mejor disposición para responder a la revolución multicanal y a otras transformaciones tecnológicas a las que asistiremos, sin duda, en los próximos años, en materia de análisis de las necesidades de los clientes sobre la base de la información que proporcionan las tecnologías, en materia de logística y control de stocks tanto en la cadena de suministro como en tienda, en lo que se refiere a diseño y lanzamiento de nuevos productos o en lo que atañe a la configuración, el equipamiento y la gestión y de los espacios comerciales.

Lo que sí es cierto y constatable es que en la forma de afrontar estos retos muchas grandes cadenas están apostando por el desarrollo de sus redes de franquicia; por compartir el crecimiento del negocio con empresarios independientes que se incorporan a la red.

Opción de crecimiento

Para las grandes compañías sigue siendo sin duda una opción de crecimiento contrastada que les permite llegar a nuevos clientes de una forma mucho más capilar, contando además con la apreciada colaboración de los empresarios franquiciados.

Por este motivo las distintas enseñas también compiten con otras para poder ofrecer a sus aliados franquiciados una alianza comercial atractiva, segura y rentable en un proceso en el que ambos empresarios deben salir beneficiados.

Para los empresarios franquiciados, la gran mayoría de ellos expertos comerciantes de alimentación, la incorporación a una red no sólo les supone el respaldo de la cadena en cuanto a imagen, know how y condiciones de suministro.

La pertenencia a la cadena les garantiza además un posicionamiento inmejorable para responder e incorporar los avances tecnológicos y los cambios en el mercado; en definitiva la supervivencia y la rentabilidad del negocio.

Por estos motivos la franquicia en el sector de supermercados sigue siendo líder en el mundo de las franquicias. Es un modelo maduro y estable pero en permanente evolución y transformación y por lo tanto ofrece, para recorrer conjuntamente, un camino de oportunidades.

Aurelio Pino, presidente de la Asociación Española de Supermercados (Aces)

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