
Pazo de Vilane es una empresa familiar que nace en el rural gallego hace más de veinte años y que comercializa huevos camperos de gallinas que viven en libertad. Emprender desde la raíz es su última iniciativa vinculada al emprendimiento.
Para Piedad Varela, cofundadora y directora de marketing y comunicación, este proyecto emplea la psicología humanista en pro del desarrollo personal.
¿Cómo surge Pazo de Vilane?
El Pazo de Vilane es un lugar que pertenece a nuestra familia desde sus orígenes, a finales del siglo XVIII. Tras veinte años en Madrid decidimos volver allí. La vocación, el leiv motiv digamos, fue recuperar este espacio y, al final, nos dimos cuenta de que la mejor manera de hacerlo era regresar a su uso tradicional. Antaño era una explotación agraria con productos de alimentción que se hacían de forma tradicional. Detectamos el nicho de mercado que había en esa actividad, puesto que ese producto ya se estaba demandando por aquel entonces, pero sólo existía en ferias y en lugares pequeños.
¿Cómo fue emprender en los 90?
Muy complicado. Sobre todo, emprender en el medio rural. Era una actividad que estaba copada por las industrias, porque en ese momento no había huevos campero en el mercado, en España no existían. Todos los huevos que se vendían eran de gallinas enjauladas. La producción era industrial, huevos de millones de gallinas enjauladas. Nosotros entramos en el mercado con una propuesta muy nueva. Un año más tarde ya llevamos a cabo una gran distribución y, año y medio después, una de las medidas que tomamos fue potenciar el producto a través de la imagen.
¿De qué manera?
Innovando el envase. Una caja de cartón que tiene un dibujo de una gallina que parece que está en el campo caminando. Fue romper la estética huevera de plástico de toda la vida. Así, conseguimos colocarnos primeros en la distribución y nos fuimos diferenciando. Además, este diseño de las cajas ha obtenido dos premios y un reconocimiento industrial. Se montan a mano, sobre todo mujeres. Son más rápidas y ágiles con las manos, al tenerlas más finas y pequeñas. Tenemos muchísima competencia que copia el modelo de negocio y también el envase, sin embargo, nosotros fuimos los primeros en hacerlo.
¿Qué crecimiento han tenido desde los comienzos?
Hemos ido creciendo año tras año. Pazo de Vilane se encuentra ya en más de 800 puntos de venta en toda España. Conseguimos generar una clientela muy fiel, muy alineada con nuestros valores. Valores de sostenibilidad, cuidados por el territorio y por el espacio en el que estamos y, por supuesto, cuidado con los animales, por eso son gallinas en libertad. Tienen campo, están libres, se les permite desarrollar sus instintos y su vida de la manera más natural posible. Nada tiene que ver con producir huevos con los animales en cautividad.
¿Cómo se organizan para recoger los huevos de miles de gallinas?
Tenemos en torno a 110.000 gallinas. Están en lotes de cinco, seis o siete mil. De lo contrario, todas juntas, sería imposible manejarlas. Estamos hablando de 13.000 docenas de huevos al día. Los gallineros están automatizados, hay unos nidos que están estudiados para que sean un lugar acogedor para la gallina. A la gallina se le enseña y aprende a poner los huevos en los nidos y estos disponen de una cinta que los sacan del gallinero. De esta forma es como llegan a nosotros.
Un método innovador para una tarea tan tradicional, ¿a qué se debe?
Los huevos no los podemos recoger directamente por cuestiones sanitarias. Conviene no entrar al gallinero para evitar situaciones con las que puedan enfermar los animales. Además, debemos saber con certeza el día de puesta.
¿Por qué iniciais ahora el proyecto 'Emprende desde la raíz'?
Necesitábamos unos años para estabilizarnos y para hacernos especialistas en el cuidado y en la producción de huevos de gallinas en libertad. Los primeros años fueron muy difíciles. Sobre todo, porque tuvimos que hacer una inversión muy fuerte por medio de un préstamo bancario.
¿En qué consiste esta iniciativa?
Tratamos de dinamizar el medio en el que estamos, que es una zona rural con pocos puestos de trabajo. Es parte de nuestra responsabilidad social empresarial. Esta iniciativa pone la mirada en las personas que emprenden. Creemos que el punto de partida en el emprendimiento es el desarrollo personal. El asistente se encontrará dos talleres de 30 horas en plena naturaleza, que creemos que es el mejor espacio para desarrollar la creatividad. Cuesta 434 euros ambos talleres e incluye pensión completa.
¿Qué aportará al asistente este programa de emprendimiento?
Le aportará una experiencia directa que luego le ayudará en el momento de enfrentarse a una financiación, a una dificultad... Es un proceso de introspección, de autoconocimiento y de ver sus potencialidades, sus debilidades y sus miedos. Otras formaciones dan muchos conocimientos pero tú no lo experimentas en el propio medio. En Emprende desde la raíz el participante se verá como si realmente estuviera trabajando con su proyecto emprendedor. Es una de las diferencias fundamentales.
¿Cuáles son sus planes de futuro?
Trataremos de acercarnos más a las ciudades, a través de asociaciones y empresarios relacionados con el mundo del emprendimiento.