Decir adiós a Amancio Ortega y al grupo Inditex merece como mínimo un ejercicio de reflexión previo, más si la persona que se despide tenía un puesto de responsabilidad en la organización y un buen salario. Pero Martín Presumido, exdirector comercial de Zara Man para todo el hemisferio sur del grupo Inditex, lo hizo y la cosa parece que le ha ido bien. El primer restaurante de pizzas gourmet que abrió en 2013 en A Coruña, Mamá Chicó, se ha transformado en una exitosa cadena de establecimientos que ha dado el salto a la capital madrileña, concretamente a la calle Recoletos, número 10.
Presumido, un argentino de alma italiana, "siempre quiso emprender algo por sí mismo relacionado con el sector textil", explica en una entrevista a Evasión. Sin embargo y después de toda una vida dedicada a la moda apostó por la hostelería porque "empezar algo grande en España bajo la sombra de Inditex es muy complejo". El resultado fue el nacimiento en 2013 del primer Mamá Chicó, un elegante establecimiento en la calle La Galera que Martín recuerda como "el primer local con estilo vintage de A Coruña".
Este primer restaurante cerró, pero para transformarse en una cadena de restaurantes (El Naranjo, Picavia 5 y Mamá Chicó Vigo) y tiendas de repostería (Mamá Chicó Bakery) entre A Coruña y Vigo que mantiene la estética, belleza y el espíritu del primero. Y que ahora exporta a Madrid.

Lo cierto, entrar en cualquiera de los restaurantes de esta cadena no solo es oler a pizza artesanal sino adentrarse en un local de estética porteña, alma italiana, elegancia francesa… y con verde, mucho verde gracias a la amplia colección de plantas que asoman desde cualquier rincón. El gran naranjo que preside el Mamá Chicó del municipio de Arteixo (A Coruña) -muy cerca de las oficinas de Inditex y lugar de elección de sus empleados para el menú del día- es un ejemplo de la importancia que la estética tiene en esta cadena. Presumido explica que en sus comienzos la gente tenía cierto reparo al entrar en el local, incluso dudaban si era una floristería.
Sin embargo, Mamá Chicó no solo es un bonito envoltorio o un saber hacer empresarial. Martín Presumido ha viajado a su infancia para encontrar el alma gastronómica de su propuesta. La cadena Mamá Chicó es una empresa familiar donde el apodo cariñoso de la madre de Martín pone el nombre a la cadena y el padre -panadero de profesión- es el creador de la masa de las famosas pizzas Mamá Chico. "Mi ilusión siempre fue comenzar algo con mis padres", cuenta orgulloso.
"Haz la masa fina", le dijo Amancio Ortega
Cuando Martín se despidió de su trabajo un viernes veraniego a las tres de la tarde, Amancio Ortega al conocer el motivo de su marcha le recomendó que hiciese la masa de las pizzas muy fina y crujiente. El fundador del grupo Inditex, según cuenta Presumido, se había quedado prendado de unas pizzas que probó en Sorrento, Italia.

En ese momento, la masa ya estaba creada y ya había tenido una respuesta acogedora en el primero de los restaurantes de la cadena. Sin embargo, la casualidad ha hecho que el triunfó del producto estrella de Mamá Chicó se deba a una masa rectangular y extrafina que se elabora con ingredientes de primera calidad.
De su carta destacan la pizza de cecina con emulsión de tomate y queso pecorino o la pizza de setas de temporada con foie, cebolla caramelizada y rúcula con reducción de balsámico y coulis de frambuesa.
Mamá Chicó Madrid
Con este potente producto, Martín Presumido llega a Madrid con la intención de poner la primera piedra de su expansión nacional a través de un establecimiento elegante en el Paseo Recoletos.
El Mamá Chicó de Madrid responde a la estética que caracteriza a el resto de restaurantes de la cadena por su ambiente afrancesado, las plantas y flores frescas, y un mobiliario que combina madera y hierro forjado. Además, el establecimiento está ampliamente iluminado por la luz natural gracias a unos grandes ventanales.