Pymes y Emprendedores

Cómo divertirse en Manhattan de la mano de las protagonistas de 'Sexo en Nueva York'

De la mano de las cuatro protagonistas de Sexo en Nueva York, pasamos un fin de semana en la Gran Manzana de Nueva York metidos en su papel.

En poco menos de un mes, el 20 de junio, las chicas de Sexo en Nueva York llegan a los cines de España. El retorno de este cuarteto de amigas, pícaras y sensibles a la vez, se espera con impaciencia entre los miles de fans de la serie que protagonizan.

Pero si el lector también desea hincarle el diente al glamour de la Gran Manzana en vivo, deberá coger un avión y plantarse en las tiendas de la Quinta Avenida y seguir esta guía con cuatro rutas muy pijas (aunque no prohibitivas para el bolsillo), pensadas en función de cada una de las protagonistas de la serie. Ya sea una aspirante a maniquí, como Carrie, una romántica incurable, como Charlotte, una lagarta antropófaga, como Samantha, o la reina de la cultura, como Miranda, su fin de semana perfecto en Nueva York empieza aquí.

De ligue con Charlotte

La primera regla del Nueva York romántico es no subirse a los coches de caballos de Central Park. Y es que, por mucho que la pasión sobreviva al hedor de los equinos, se extinguirá rápidamente debido al altanero carácter de los cocheros. Si necesita un vehículo, alquile una barca de remo (6 euros/hora), es más íntimo y menos maloliente, aunque sospechamos que las Charlottes enamoradas preferirían un paseo por el Jardín Botánico de Brooklyn (www.bbg.org). En junio, miles de rosas perfumadas trepan por los puentes y quioscos.

Dado que se encuentra en el vecindario, continúe con una caminata por el paseo de Brooklyn Heights, desde donde se contemplan vistas de ensueño del Lower Manhattan. A continuación, desvíese hacia Jacques Torres Chocolate (www.mrchocolate.com) en Dumbo, el distrito de moda de Brooklyn. Torres es un Willy Wonka del mundo real: asómese por las ventanas de su fábrica y podrá observar los manjares más exquisitos. Regale alguno en prueba de su amor.

Un morreo con la ciudad como fondo, encima del Empire State, parece una idea estupenda hasta que se cae en la cuenta de los 3,8 millones de personas que se abren paso a codazos cada año por su claustrofóbica cubierta. En vez de eso, Charlotte elegiría la elegante azotea del Top of the Rock, en el Rockefeller Plaza (www.topoftherocknyc.com), un mirador mucho más sofisticado para disfrutar de la puesta de sol entre rascacielos.

Dormir y alternar: Soho House New York (www.sohohouseny.com, a partir de 260 euros) es un escondite perfecto para enamorados, con vigas a la vista, tejidos góticos, amplísimos cuartos de baño y un paraíso en la azotea para desayunos tardíos, perezosos y encantadores. Carlyle (www.thecarlyle.com, desde 410 euros) es el preferido de los famosos; la princesa Diana dijo en una ocasión que le gustaría vivir allí. Aunque no pueda permitirse una habitación, déjese caer por el bar Bemelmans, donde crearán un cóctel sólo para usted. Eso sí que es un regalo original. La suite vip del Mandarin Oriental (www.mandarinoriental.com/newyork, tres horas por 690 euros) tiene una chimenea independiente y sus ventanas caen sobre Central Park. Por lo visto, tiene una media de una petición de reserva al mes.

Las opciones para cenar por precios asequibles. Allen & Delancey (www.allenanddelancey.net), en el Lower East Side, brinda un sensual ambiente a la luz de las velas y la comida es tan buena como en los restaurantes de primera. Los platos principales cuestan menos de 20 euros.

De compras con Carrie

Qué no daría Carrie Bradshaw por un poquito del poder adquisitivo de los europeos ahora mismo… Y es que, con la relación actual entre el euro y el dólar, ir de tiendas por Nueva York es un chollo. Carries de carne y hueso son fáciles de ver en el distrito Nolita, donde brotaron en los años noventa decenas de lujosas boutiques. Es el lugar perfecto para hurgar en busca de piezas únicas y de época. Después, visite el trío de tiendas de Designer Resale, entre las piedras calizas de East 81st Street (www.designerresaleconsignment.com) y hágase con una o dos marcas de segunda mano.

Tampoco olvide echar un vistazo a la web de Daily Candy (www.dailycandy.com), con información de primera mano sobre dónde encontrar las mejores ofertas en la Gran Manzana. ¿Y qué hay de los tacones a juego con su nuevo modelito? En la tienda de Union Square de Filene's Basement (www.filenesbasement.com) hay una amplia exposición de zapatos por talla, para que no tenga que esperar tres vidas para descubrir que se han quedado sin su número. Yo me hice con unas sandalias de Jimmy Choo por 20 euros y sólo tardé cinco minutos.

Más de uno seguro que recomienda el trayecto en autobús de una hora (25 euros) hasta Woodbury Common Premium Outlets (www.premiumoutlets.com), con más de 200 tiendas de firma, desde Gap hasta Gucci. A veces se encuentran trajes de Giorgio Armani por 175 euros.

Dormir y alternar: el glamour a lo Gotham City del Bowery Hotel (www.boweryhotel.com, desde 300 euros) le va que ni pintado al estilo estrafalario de Carrie, con porteros con bombín, fuentes de plumas de pavo real y un bulldog inglés (disecado) vigilando la barra del lobby. Se encuentra junto a un hogar para indigentes, lo que no impide que pueda toparse con Adrien Brody en el ascensor. Y justo enfrente está el spa de Great Jones (www.gjspa.com), con un estupendo recibidor acuático. Si no estuviera repleto de esbeltas aspirantes a súper modelos, sería nuestro lugar de relajación favorito en Nueva York.

Si prefiere un alojamiento más económico, pruebe el moderno minimalismo del Duane Street Hotel (www.duanestreethotel.com, desde 150 euros) en el barrio de TriBeCa. Puede cenar en Waverly Inn (Tel. 212 243 7900), que sirve comida contra la depresión para famosos. Las trufas fritas son exquisitas.

Cultura con Miranda

Como a la mayoría de neoyorquinos de verdad, a Miranda le encantan los museos. Lo más comentado en la ciudad últimamente son las nuevas galerías griega y romana del Metropolitan Museum (www.metmuseum.org). Renovadas recientemente por 140 millones de euros, han causado toda una conmoción y han supuesto un nuevo museo dentro de otro, con más de 5.000 piezas helenísticas, etruscas y romanas, muchas de ellas ocultas al público durante décadas. La nueva escultura del patio del Met, bañada en una luz celestial gracias a un atrio de cristal de dos plantas, es un lugar estupendo para pasar un rato de tertulia por la tarde.

El museo Guggenheim de Frank Lloyd Wright (www.guggenheim.org) compite con el Met en impacto arquitectónico. En estos momentos tiene un aspecto aún más magnífico: el artista chino Cai Guo-Qiang ha suspendido nueve coches blancos en su rotonda, aunque ya no queda prácticamente tiempo para ver la exposición: cierra el miércoles 28 de mayo.

Miranda es una abogada muy ocupada y necesita maximizar su tiempo, así que en lugar de pasar una velada en la Filarmónica de Nueva York (www.nyphil.org), sin duda optaría por un ensayo diurno abierto al público. Son fascinantes y toda una ganga, con entradas por 10 euros (frente a las 75 que cuestan varias horas después).

Dormir y alternar: 6 Columbus (www. thompsonhotels.com, desde 220 euros) combina el estilo Austin Powers, un divertido bar en la azotea y una ubicación fabulosa, junto al Lincoln Center, que lo convierte en una base artística apta para aspirantes a ser Miranda. Shoreham (www.shorehamhotel.com, desde 175 euros), muy cerca de la Quinta Avenida, es una alternativa más económica, con habitaciones en ante gris y un vestíbulo zen con detalles muy bien pensados, como café y periódicos gratis. No lejos de allí, el pequeño pero decadente spa Ritz Carlton (www. ritzcarlton.com) ofrece un magnífico tratamiento facial con oro que complementaría estupendamente los mechones cuidadosamente peinados de nuestra abogada.

Para cenar, Miranda apreciaría el moderno pero sensato Back Forty (www.backfortynyc.com), en el East Village. Es una taberna con estilo rural que sirve alimentos de origen responsable, como la hamburguesa de ternera alimentada en pastos naturales o las patatas fritas con sal marina y romero.

De fiesta con Samantha

Si Samantha Jones tuviera que escoger hoy un solo distrito de Nueva York, apuntaría sus tacones asesinos hacia los lugares de recreo de los famosos en el Lower East Side. Allí está The Box (www.theboxnyc.com), con una cena/espectáculo burlesca y subida de tono que atrae a Cameron Diaz, Uma Thurman y Gisele.

A Josh Hartnett y Scarlett Johansson se les ha visto en la sala de baile inspirada en los setenta de 105 Riv (www.105riv.com), bajo el hotel Rivington. REM, Moby y Joss Stone frecuentan el National Underground, un lugar de música en directo, a lo salón del oeste, en Houston Street. Y las hermanas Olsen a veces se quedan hasta demasiado tarde en Sweet Paradise (www.sweetparadiselounge.com), en Orchard Street.

Dormir y alternar: cuando se inauguró el Royalton (www.royaltonhotel.com, desde 250 euros) hace 20 años, se convirtió en la plantilla de cada nuevo hotel/boutique de lujo que apareció después. Reimaginado para el siglo XXI, su vestíbulo es ahora un lugar de reunión opulento, con chimenea, y las habitaciones son más grises y más sexys que nunca. Samantha también adoraría la piscina del QT (www.hotelqt.com, desde 100 euros), por no mencionar la mantelería de algodón egipcio y los productos de obsequio de Kiss My Face. El restaurante Balthazar, toda una institución en el SoHo (www.balthazarny.com) es perfecto para almorzar. Pruebe los gofres de avellana con crema agria y bayas templadas (sabroso hasta la indecencia).

Spa de día (con albornoces negros ajustados y chanclas de tacón) y bar de noche (cuando las salas de terapia se convierten en salones de íntima picaresca), el G Spa (www. gansevoortspaandlounge.com) es el lugar obvio para que Samantha desconecte de la rutina y se deje aporrear por un masajista de torso desnudo.

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