
Ni leyes, ni decretos. El Plan Nacional de Reformas que aprobará mañana el Consejo de Ministros se limitará a un relación de medidas liberalizadoras, de apoyo a los emprendedores y las pymes, estímulos a la financiación y de reforma de las administraciones públicas, que se irán materializando por goteo de aquí a las vacaciones de verano.
El objetivo de este nuevo plan es eliminar rigideces de la economía e incentivar la financiación y la creación de empleo, para lo que una de las medidas fundamentales será la anunciada Ley de Garantía de la Unidad de Mercado, que permitirá que cualquier producto o servicio producido al amparo de cualquier normativa autonómica circular y ser ofertado en todo el territorio nacional.
Aunque no incluirá la tantas veces pospuesta Ley de Emprendedores, sí se enunciarán apoyos fiscales para autónomos y pymes como la aplicación del IVA de caja voluntario y deducciones por I+D+i y la reinversión de los beneficios. El apoyo a la financiación de las pymes por los bancos saneados, la creación de líneas de avales y de garantías e impulso de fórmulas de financiación como el capital riesgo o los bussines angels, estarán también en el paquete.
Liberalización de profesionales
Además, el Plan que se enviará a Bruselas incluye la liberalización de los servicios profesionales, reformas para liberalizar el sector energético -con una hoja de ruta sobre el déficit de tarifa-, las infraestructuras ferroviarias y las actividades del transporte y logística; además de cambios "en profundidad" de las políticas activas de empleo para mejorar su eficacia.
Capítulo aparte merece la reforma de las Administraciones Públicas, que se configura como el eje principal en que se centrarán las políticas de recorte de gasto. El objetivo, evitar duplicidades mediante la supresión de organismos, rebajas en los salarios de los cargos públicos y recortes de personal contratado, de cargos públicos e, incluso, de funcionarios.