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La telebasura, un "género quemado": ¿empieza una nueva era?

Foto: Istock
Parecía que nunca iba a llegar pero...¿estamos asistiendo al principio del fin de la telebasura? La audiencia empieza a darle la espalda a programas de corazón antaño exitosos. Tras el adiós definitivo de Aquí hay tomate, Channel nº 4 se despide el próximo 22 de febrero, ¿será que ya no son rentables?

Con 1.224 emisiones a sus espaldas y una nueva forma de hacer televisión imitada hasta la saciedad, Aquí hay tomate se despidió el pasado viernes cinco años después de su estreno. Y es que la audiencia pesa demasiado, desde el verano de 2007 había caído desde el 24% al 18% de share (por debajo de la media de la cadena -20,3% en 2007-).

Fue el pasado mes de noviembre cuando Telecinco trató de remodelar el formato con la intención de reenganchar a los espectadores, pero la llegada de Fama a Cuatro y la pujante fuerza de Sé lo que hicisteis, de la Sexta, hicieron que este intento fuese en vano. Una muestra clara y reconocida por la cadena de Fuencarral de que el público está pidiendo nuevos formatos.

Programas más "blancos"

Pero si echamos la vista atrás, Telecinco está renovando su programación del corazón o "rosas" tratando de hacerlos más "blancos", incluyendo más información general en sus programas. El año pasado echó el cierre a programas como Salsa Rosa, Dolce Vita, TNT y A tu lado, apostando por formatos más lights como Está Pasando o La Noria.

Pero este barrido no ha quedado sólo en Telecinco, el próximo 22 de febrero Channel nº 4, uno de los programas emblema de Cuatro, también abandona la parrilla televisiva después de 500 emisiones y más de dos años en antena. Según la cadena, el magacín de Boris Izaguirre y Ana García Siñeriz "ya ha cumplido una etapa", una etapa en la que ha contado con un 5,7% del share (en la última temporada), un dato insuficiente para la cadena de Tres Cantos, cuya media en 2007 fue del 7,7% de share.

La televisión, un negocio

Hasta el momento, esta serie de movimientos que se están produciendo en las televisiones españolas denotan una tendencia hacia el cambio, pero realmente ¿cuál es la causa? Como cualquier otro negocio, la televisión busca la máxima rentabilidad y esto se consigue a través de la publicidad. La fórmula "mágica" que han usado hasta el momento las televisiones es bastante fácil de explicar, la telebasura no es más que un formato con escaso o nulo nivel cultural que llega a la mayoría de la audiencia sin problemas. Y tener una audiencia masificada se traduce en ingresos.

Para Antonio Caro, profesor titular de Publicidad de la Universidad Complutense de Madrid, la telebasura es "la lógica consecuencia de un modelo de televisión generalista financiada casi en su totalidad por la publicidad, la cual demanda unos contenidos de entretenimiento capaces de generar la mayor audiencia posible", una audiencia que los gestores de las cadenas venden en forma de tarifa publicitaria a los anunciantes. Según Caro, "la telebasura viene a ser el desenlace final de este modelo, cuando la necesidad de captar como sea publicidad se impone al contenido de la programación y la supedita por completo".

El negocio está claro, un programa como Aquí hay tomate genera mucho dinero y poco gasto. Un anuncio de 20 segundos en la sobremesa de Telecinco puede llegar a costar la friolera de 13.000 euros y en Channel nº 4 ronda los 4.200 euros. Si multiplicamos esas cifras por la gran cantidad de cortes publicitarios que hacen y su tiempo de duración, no hay duda de que la rentabilidad de este tipo de programas está más que justificada.

Géneros "quemados"

El problema llega cuando la audiencia cae. Si esto ocurre, las tarifas publicitarias también (aunque no inmediatamente) y por tanto los ingresos. Esto es lo que ha estado ocurriendo con estos formatos, que según el profesor Caro, son "géneros quemados". Los anunciantes y las agencias de medios suelen ser los primeros que perciben estas tendencias, y "tal vez la bajada de audiencia ha ido acompañada de una bajada en la contratación de publicidad que ha decidido a los gestores de las cadenas a cortar por lo sano", asegura este profesor de Publicidad.

Es el momento de hacernos una pregunta: si Aquí hay tomate marcó en sus inicios un hito en la forma de hacer televisión, ¿su final significa que nos encontramos ante el principio de una nueva era? Pues aún está por ver, pero, según apunta Antonio Caro, seguiremos encendiendo la televisión para ver realities de famosos como Supervivientes, aunque con la esperanza de que aumenten los programas de tipo político o ciudadano.

Quizá el futuro sea el auge de los programas que incluyen la participación de los telespectadores como método complementario para la financiación publicitaria de las cadenas. Los programas de llamadas y sms, por el momento, están al alza.

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