El truco del limón y la sal para eliminar la grasa y las bacterias de la tabla de cortar de madera que deberías poner en práctica
Al igual que ocurre en otras estancias de la casa, mantener una buena higiene y una rutina de limpieza regular es fundamental en la cocina, sobre todo si tenemos en cuenta la cantidad de bacterias y suciedad que se pueden acumular. Si preparamos una receta sobre una superficie contaminada puede que tengamos que acudir posteriormente al médico, de modo que, limpiar aquellos utensilios más recurrentes como los cuchillos o la tabla de cortar es importante para garantizar la seguridad alimentaria.
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1. Uno de los utensilios que peor limpiamos
Aunque a día de hoy podamos encontrar una oferta variada de diferentes tablas de cortar, lo cierto es que las de madera siguen siendo una de las opciones favoritas en casa. Resistentes y tradicionales, este utensilio nos permite cortar los alimentos sin la necesidad de estropear otras superficies como la encimera.
No obstante, pese a sus evidentes beneficios, este tipo de tabla también carga con un gran inconveniente: la limpieza.
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2. Precaución: estropajos no
Conseguir que estén totalmente desinfectadas es complicado, ya que a diferencia de las de otros materiales, como las de plástico, no se pueden sumergir en agua, ni meterlas en el lavavajillas.
Además, el uso del estropajo también está desaconsejado. ¿El motivo? Este utensilio puede rayar la tabla de madera, de forma que se creen grietas en las que, posteriormente, se acumule suciedad, bacterias o gérmenes.
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3. El truco de la sal y el limón
Este truco es muy sencillo y lo mejor de todo es que es capaz de desinfectar la tabla en cuestión de minutos. Los expertos aseguran que para ello únicamente necesitaremos un limón y sal gruesa, aunque también se pueden añadir otros ingredientes como bicarbonato, vinagre o aceite de oliva.
Además de proporcionar una superficie libre de bacterias, también deja la tabla de madera libre de olores.
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4. Cómo ponerlo en práctica
Con este truco limpiar la tabla de madera es muy sencillo. Existen dos formas de hacerlo, la primera sería restregar un puñado de sal gruesa y después añadir el limón, o en un recipiente crear una especie de "pasta" con estos dos ingredientes y aplicarla a continuación.
Este método funciona gracias a las propiedades limpiadoras del limón, que suavizan y eliminan las manchas, y las de la sal, más abrasivas.
