Adiós a la humedad en la nevera: usa el sencillo truco de la puerta antes de apagar la luz en tu segunda residencia
El error más común: cerrar la nevera al desconectarla
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1. El error más común: cerrar la nevera al desconectarla

Cuando se apaga un frigorífico lleno de restos de humedad y se cierra herméticamente, el aire no circula en el interior. Eso provoca que, aunque esté vacío de comida, se creen condiciones ideales para que proliferen bacterias, moho y olores desagradables. A la vuelta de las vacaciones, lo normal es encontrarse con un olor penetrante y manchas oscuras difíciles de limpiar.

El truco de la puerta: siempre entreabierta
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2. El truco de la puerta: siempre entreabierta

La clave está en no cerrar nunca la puerta del frigorífico cuando se queda desconectado. En lugar de eso, basta con dejarla ligeramente entreabierta. Así, el aire circula de manera natural, se evita la condensación y el interior permanece seco y libre de olores. Un consejo extra es colocar un pequeño objeto, como una cuchara de madera o un trapo enrollado, en el marco de la puerta para asegurarse de que no quede totalmente cerrada. De esa forma, aunque la puerta haga el gesto de encajar, no lo hará del todo y se mantendrá la ventilación.

Limpieza rápida antes de irte
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3. Limpieza rápida antes de irte

El truco de la puerta funciona todavía mejor si se acompaña de una limpieza básica: Vacía completamente el frigorífico y el congelador,  pasa un paño húmedo con agua y bicarbonato para neutralizar olores y seca bien todas las superficies con papel absorbente. Con esta preparación, al volver a tu segunda residencia encontrarás el frigorífico limpio y listo para volver a usarlo sin necesidad de fregar a fondo.


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