
Cómo evitar el olor a cerrado en tu casa para cuando vuelvas de vacaciones: una lista de trucos para que no aparezca
Ahora que gran parte de los españoles se van de vacaciones, es habitual que nuestra casa se quede cerrada por varios días, incluso semanas, haciendo que los olores se acumulen en su interior y formen una mezcla desagradable por la falta de ventilación.
Y es que no abrir las ventanas por un periodo prolongado de tiempo hace que el ambiente se vuelva más denso, con mayor humedad y sin circulación de oxígeno. Si a esto le sumamos que muchos materiales del hogar, como textiles, muebles o libros, absorben también olores y humedad, se forma un batiburrillo muy desagradable al olfato.
Con las altas temperaturas que vamos a encarar en agosto los malos olores de una casa cerrada serán más intensos, incluso podrían favorecer la aparición de moho y bacterias. Por todo esto, es vital que nos curemos en salud y dejemos todo atado y bien atado antes de marcharnos a descansar unos días para que al volver no nos encontremos con ese tradicional y repugnante 'olor a cerrado', siendo igualmente importante actuar de forma correcta al volver, sin desesperarse.

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1. Antes de irnos
En los días inmediatamente superiores a nuestra marcha, tenemos que prestar atención al cuidado de nuestro hogar para evitar el olor a cerrado, por ejemplo, ventilando bien todas las estancias durante al menos 20 o 30 minutos.
Asimismo, tendremos que limpiar a fondo la cocina, los baños, los cubos de basura vacíos y los desagües, lugares en los que se suelen mezclar los olores. Es importante también no dejar platos en el fregadero ni ropa húmeda dentro de la vivienda.

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2. Aspectos básicos de la limpieza al marcharnos
Continuando con la limpieza, debemos utilizar absorbentes de humedad, sobre todo si vivimos en zonas costeras o húmedas, así como colocar ambientadores neutros o naturales, como bolsitas de lavanda. De la misma forma, habrá que cerrar armarios, cubrir sofás (si son de tela), guardar las alfombras, etc.
No podemos dejar abiertas las ventanas, pero sí las puertas de habitaciones y armarios para que el aire circule. Si da la casualidad de que dejas el frigorífico vacío, también puedes dejarlo abierto (y limpio) al desenchufarlo.

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3. Mientras estás fuera, aprovecha tus ventajas
Si tienes familiares que vivan cerca o vecinos de confianza puedes dejarles una llave para que abran las ventanas un par de días durante tu ausencia: con 10 minutos sería suficiente para que el aire se renovase y evitar el olor a cerrado aunque la casa esté vacía.
Pero no todos cuentan con esta ventaja. Otra alternativa muy útil es dejar entreabiertas las puertas interiores para facilitar que el aire fluya o, en el mejor de los casos, utilizar un sistema de ventilación automática o purificador programable.

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4. Cómo actuar al volver
Esforzarse por evitar el olor a cerrado a veces no es suficiente y, de una forma u otra, acaba apareciendo. Si es nuestro caso, al volver nos centraremos en quitar la humedad de la casa y absorber los malos olores. Para ello ventilaremos durante varias horas toda la casa, a ser posible creando corriente cruzada entre ventanas. También procederemos a lavar las fundas de cojines, mantas o cortinas si han retenido humedad o malos olores.
Algo que no muchos saben es que el café puede ser un gran aliado para neutralizar los malos olores, dado que su aroma intenso los disimula. Prueba a colocar un cuenco con granos de café, carbón activado (purifica el aire) o bicarbonato (absorbe olores y humedad) en estancias cerradas.