Lo que opina una oftalmóloga sobre el glaucoma: "La mayoría de casos se pueden detectar con sencillas pruebas que se realizan en unos 15 minutos"
Pruebas a partir de los 40 años
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1. Pruebas a partir de los 40 años

Estas pruebas diagnósticas están especialmente indicadas para mayores de 40 años, momento en el que hay más posibilidades de que comiencen los primeros signos y síntomas. Estas técnicas no invasivas se realizan en unidades de oftalmología y son, principalmente: la campimetría (mide las alteraciones en el campo visual); la tonometría (estudia la presión intraocular) y la tomografía de coherencia óptica (evalúa la estructura del nervio óptico para detectar afectaciones de fibras nerviosas).

Qué es el glaucoma
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2. Qué es el glaucoma

"El glaucoma es una enfermedad ocular del nervio óptico, el encargado de enviar la información del ojo al cerebro, y puede provocar alteraciones en la visión", ha explicado Carrero, que ha añadido que, "a pesar de ser crónica y una de las principales causas de ceguera en el mundo, el glaucoma puede detectarse de forma precoz con un control oftalmológico rutinario, muy recomendable a partir de los 40 años".

Hay varios tipos de glaucoma
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3. Hay varios tipos de glaucoma

Tal y como apunta la experta, el glaucoma es una enfermedad que no presenta síntomas en sus primeras fases y no es hasta estadios más avanzados cuando esta patología manifiesta alteraciones en la agudeza y en el campo visual. De hecho, Carrero recalca que al glaucoma se le conoce como "la patología ocular silenciosa". Existen varios tipos de glaucoma: congénito o adquirido; de ángulo abierto o de ángulo cerrado, primario o secundario. El más frecuente es el glaucoma crónico de ángulo abierto, que suele ser el secundario a hipertensión ocular alta.

Factores de riesgo
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4. Factores de riesgo

Por otro lado, los factores de riesgo relacionados con el glaucoma son la presión intraocular alta, la edad (a partir de los 40 años), los antecedentes familiares, la raza o los traumatismos previos. Por ello, la experta indica que un chequeo rutinario puede ayudar a detectar precozmente la enfermedad y frenar la pérdida de visión progresiva en las etapas más avanzadas de la vida del paciente.


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