Estas son las características de las personas que mueven la pierna sin parar mientras están sentadas, según la psicología
La principal causa
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1. La principal causa

Según los expertos, ante determinadas emociones que nos abruman, el cuerpo busca liberar la "tensión acumulada", por ejemplo, a través de un meneo constante de la pierna. 

Otras manías muy frecuentes que podrían estar relacionadas son morderse las uñas, jugar con un mechón de pelo o hablar aceleradamente.

El aburrimiento
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2. El aburrimiento

Por otra parte, algunos expertos advierten de que la dificultad de concentración o el aburrimiento también podrían dar lugar a movimientos repetitivos. Quizás por ello es muy común ver a alguien en una sala de espera con esta particular actividad, lo que también podría ser sinónimo de la necesidad imperiosa de abandonar el lugar.

Aun con todo, en casos más extremos podría tratarse del síndrome de las piernas inquietas (SPI), una enfermedad neurológica que se caracteriza por una sensación molesta en las piernas que "obliga" a la persona a mover las extremidades.

Las características más comunes
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3. Las características más comunes

Más allá de las causas, los psicólogos han llegado a la conclusión de que las personas con este hábito podrían presentar una serie de características comunes.

La primera de ellas es la inseguridad, principalmente por el contexto estresante en el que viven.

Demasiado preocupadas
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4. Demasiado preocupadas

La hiperactividad del cerebro hace que estén generando pensamientos e ideas todo el rato, incluso en momentos de tranquilidad o reposo, lo que supone una preocupación excesiva.

Bloqueo
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5. Bloqueo

La desilusión por las tareas del día a día podría también ser un rasgo que las define. Atravesar una situación de bloqueo les hace sentirse frustradas y con poca motivación por las actividades diarias.

Costumbre adquirida
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6. Costumbre adquirida

Más allá de una característica de la personalidad, este tipo de personas quizás simplemente hayan adoptado con el paso del tiempo esta costumbre. 

En cualquier caso, aunque se trate de un hábito inofensivo, lo más recomendable es consultar con su médico o especialista en caso de que afecte a tu vida diaria. 


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