
Laura Harnett, experta en limpieza: "Las zapatillas sucias volverán a ser blancas si mezclamos solo dos ingredientes naturales"
En los últimos años hemos dejado de lado los zapatos para pasarnos a las zapatillas. Con un vestido, un traje, una falda, da igual con lo que las combinemos, su practicidad y comodidad las han convertido en un imprescindible de nuestro armario, y si son blancas mejor porque pegan con todo.
Pero mantener limpias unas zapatillas blancas es complicado, especialmente cuando las usamos todos los días y caminamos por tierra, césped o pisamos un charco de barro. Cualquier mínima mancha las arruina y pierden ese brillo del primer día, volviéndose marrones o grisáceas, amarillentas en el peor de los casos, dando una sensación de suciedad que nadie quiere tener.
Y por más que intentemos adecentarlas con productos de limpieza, no hay manera. Pero no hay que recurrir a la química para conseguir que vuelvan a ser tan blancas como cuando las compramos, podemos conseguirlo tan solo con dos productos naturales que tenemos por casa: el vinagre blanco y el bicarbonato de sodio, una recomendación de la experta en limpieza y fundadora de la marca 'Seep, Laura Harnett.

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1. Por qué utilizar vinagre blanco
El vinagre blanco, como el bicarbonato de sodio, son productos antibacterianos muy eficaces ya no solo para eliminar las manchas, también los malos olores, tan característicos de las zapatillas. "Estos productos naturales hacen maravillas", menciona Harnett.
Este habitual producto se caracteriza por ser un desinfectante natural capaz de eliminar bacterias y hongos, además de ayudar a disolver manchas y restos de tierra o barro. Además, al ser un blanqueador natural suave, potencia el color blanco de la zapatilla sin dañarla, dado que no es tan agresivo como, por ejemplo, la lejía.

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2. Beneficios del bicarbonato de sodio
Por su parte, el bicarbonato de sodio es un polvo ligeramente abrasivo que ayuda a limpiar las manchas sin dañar el tejido. Además, absorbe olores y, al ser un blanqueador natural como el vinagre blanco, ayuda a eliminar el amarillento de las zapatillas blancas. Al combinarse con el vinagre obtenemos una mezcla efervescente que ayuda a desprender la suciedad.

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3. Empezamos retirando los cordones
Antes de entrar en materia, primero hay que limpiar los cordones. "Quítalos y cepilla la suciedad o el barro de la superficie con un cepillo de dientes viejo", recomienda Harnett.
Los cordones tenemos que meterlos en un recipiente con una proporción 1:1 de vinagre blanco y agua para que se empapen. Después, con un paño de bambú, frotamos el mejunje sobre los cordones y los dejamos secar al aire bajo el sol. Así conseguiremos que recuperen el color blanco y eliminaremos olores al mismo tiempo.

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4. Ahora sí, limpiamos las zapatillas
Mientras los cordones se secan, podemos proceder a limpiar las zapatillas. Para ello, necesitaremos una pasta que consistirá en una cucharada de bicarbonato de sodio, una de vinagre blanco y otra de agua caliente.
Frotamos el mejunje sobre el cuerpo de la zapatilla con movimientos circulares para después retirar el exceso y las dejamos secar durante unas horas. Veremos como las manchas van desapareciendo poco a poco y cómo vuelven a ser blancas, dejando atrás ese color amarillento.
"Así evitamos el daño abrasivo que pueden causar algunos limpiadores comerciales", defiende la experta.

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5. Eliminando los malos olores
Por último, para conseguir una limpieza integral, tenemos que eliminar el olor que emana de las zapatillas. "Si se pueden quitar las plantillas, colóquelas en una pequeña bolsa de basura biodegradable con suficiente bicarbonato de sodio como para cubrirlas por completo", explica Harnett, que añade que tendremos que "cerrar la bolsa y dejarla reposar toda la noche".
Así, por la mañana "cualquier olor persistente" habrá desaparecido. Para las plantillas especialmente sucias, podemos optar por lavarlas a mano con una pequeña cantidad de agua y jabón y dejarlas secar al aire.