
Cómo limpiar y guardar el edredón correctamente ahora que llega el calor: no utilices bolsas al vacío bajo ningún concepto
Este año el buen tiempo se ha hecho de rogar. Tras un mes de mayo cargado de tiempo inestable y lluvias copiosas (incluso granizo en algunas zonas), todo apunta a que los cielos despejados han venido para quedarse. Y ya era hora, muchos estábamos retrasando el cambio de armario, aunque parece que ya no tenemos excusas.
Las próximas semanas se nos presentan con temperaturas agradables, perfectas para salir a tomar algo y para "quitarnos el sayo", aunque todavía no sea "40 de mayo". Parece que ya nos sobran capas, también para dormir. Los edredones y mantas dejan paso a una cama más ligera y adecuada para las noches, por lo que es momento de guardarlos pero hay que hacerlo correctamente si no queremos que se estropee.
A continuación enumeramos una serie de consejos prácticos para guardar los edredones y nórdicos adecuadamente, siguiendo prácticas recomendadas por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

- Foto: iStock
1. Guárdalo siempre limpio
Aunque los edredones podemos lavarlos con más frecuencia, limpiar el relleno es más complicado. Sin embargo, ahora que llega el buen tiempo es el momento de hacerlo para que no se deteriore durante el verano y conserve todas sus propiedades para el invierno que viene.
Por norma general, se recomienda lavar el nórdico al menos una vez al año para eliminar los ácaros y el polvo, alérgenos que pueden acumularse con el tiempo y dificultar nuestro descanso.
Pero antes de ponernos manos a la obra, tenemos que saber que tipo de relleno tiene nuestro nórdico dado que aunque muchos se pueden lavar en casa, otros requieren limpieza en seco o lavandería profesional. Basta con consultar la etiqueta para ver su composición y las recomendaciones del fabricante.

- Foto: iStock
2. Cómo limpiar el edredón en la lavadora
Ahora bien, si podemos lavar el edredón en casa, debemos asegurarnos de hacerlo en una lavadora lo suficientemente grande para evitar que se dañe durante el proceso.
Para hacerlo solo necesitaremos un detergente suave, evitando siempre blanqueadores y suavizantes, dado que pueden ser demasiado fuertes para las fibras de los edredones, sobre todo para los de plumón o plumas, o incluso dejar residuos químicos nocivos para las pieles más sensibles.
De igual forma, tanto si es de pluma como si es sintético, lo mejor es seleccionar un programa de lavado para prendas delicadas y una temperatura fría o templada, nunca caliente.

- Foto: iStock
3. Consejos para lavarlo en la bañera
En caso de que nuestro edredón no entre en la lavadora, nos veremos obligados a lavarlo a mano en la bañera.
Para ello tendremos que llenarla con agua fría o tibia y acompañarla de un detergente suave. En esta mezcla sumergiremos el nórdico completamente, dejándolo a remojo durante 15 o 30 minutos. Al sacarlo, hay que agitarlo suavemente para ayudar a aflojar la suciedad, pero nunca retorcerlo.
Para enjuagarlo basta con vaciar el agua de la bañera y rellenarla de nuevo con agua limpia, sumergiendo y sacando el edredón tantas veces como sería necesario hasta que el agua salga clara, sin residuos de detergente.
Ahora sí, puedes eliminar el exceso de agua escurriendo o presionando el edredón suavemente pero, de nuevo, sin retorcer.

- Foto: iStock
4. Utiliza la secadora
Ya sea que lo lavemos en lavadora o en la bañera, tenemos que meterlo en la secadora utilizando un ciclo delicado o, en su defecto, una temperatura tirando a baja para proteger el relleno y evitar daños por calor excesivo.
Secar un edredón sin secadora requiere algo más de esfuerzo, y sobre todo, espacio, dado que hay que extenderlo sobre una superficie plana (preferiblemente al aire libre) con una buena circulación de aire y luz solar indirecta. Asegúrate de darle la vuelta de vez en cuando para garantizar un secado uniforme en ambos lados.

- Foto: iStock
5. Alarga la vida de tu edredón guardándolo en cajas de cartón
Una vez lavado y seco, es importante guardar el edredón correctamente para mantenerlo fresco para su próximo uso, en un lugar fresco, seco y bien ventilado.
Si tienes un espacio limitado siempre puedes recurrir a las bolsas de vacío, aunque pueden causar daños que afecten a la capacidad del edredón para proporcionar calor y, por tanto, su calidad se verá reducida. Además, como estas bolsas son de plástico, pueden generar humedad por condensación, el ambiente perfecto para el moho y los ácaros del polvo.
Es por esto que lo más recomendable para guardar un edredón es utilizar cajas de cartón o recipientes de almacenamiento transpirables.