Un giro inesperado: construir un sol artificial es posible y este es el primer lugar del mundo en hacerlo
83 días de oscuridad al año
  1. Silvia Camporesi

1. 83 días de oscuridad al año

En el Valle de Antrona, situado en pleno corazón de los Alpes italianos, se encuentra Viganella. A pesar de su ubicación privilegiada, este pequeño pueblecito vivía uno de los inviernos más apagados, literalmente. Durante 83 días al año, desde el 11 de noviembre, hasta el 2 de febrero, los vecinos de Viganella vivían en una absoluta penumbra.

Esto se debía a que cuando llegaba el invierno, las montañas se alineaban con la posición de los rayos del sol, y toda la luz quedaba tras ellas. 

Se hizo la luz
  1. Silvia Camporesi

2. Se hizo la luz

Por suerte, el 17 de diciembre de 2006 por fin pudieron ver "la luz del sol". Este día fue bautizado como el 'Día de la Luz', ya que fue cuando por primera vez en el mundo se consiguió inventar un sol artificial. 

Todo un hito significativo para los vecinos de Viganelli, quienes experimentaron por primera vez lo que era que te diera un rayo del sol durante el invierno. 

El sol artificial "made in" Huelva
  1. EFE

3. El sol artificial "made in" Huelva

Pierfranco Midali, alcalde de Viganella, y Giacomo Bonzani, arquitecto y relojero, son los protagonistas de esta historia. Desde el año 1999 ya rondaba esta idea por sus cabezas: la posibilidad de que un enorme espejo de acero translúcido reflejase los rayos en el pueblo. 

La idea se convirtió en realidad cuando, con la ayuda de una marca española, con sede en Huelva, se pudo construir y trasladar a la zona idónea. De hecho, los encargados de pulsar el botón que activaría este "sol artificial" fueron un niño italiano y una niña onubense. 

Reflejos en Rjukan
  1. Reuters

4. Reflejos en Rjukan

Viganella sirvió de ejemplo para otros lugares del mundo que tenían el mismo problema. Este es el caso de Rjukan, donde siete años después, un vecino pensó que aquel proyecto podría también solucionar sus sombríos inviernos. 

Ellos fueron los encargados de llevar en helicóptero e instalar tres espejos de cristal en la montaña. Desde entonces, los 600 metros cuadrados se encargan de reflejar la luz del sol en la plaza del mercado. 


Más galerías