
Del cierre del Brexit a la campaña electoral más tróspida: ¿están locos estos británicos?
PolíticaHasta hace unos años, Reino Unido era un país serio, con líderes serios y una fina ironía que les hacía famosos en el mundo entero. Pero desde hace una década, el panorama político se ha convertido en un espectáculo humorístico, solo comparable a los grandes cómicos británicos como los Monty Phyton o Mr Bean. Con la campaña electoral entrando en su última semana, repasamos las imágenes más impactantes y alguna instantánea mítica de los últimos tiempos: ¿están locos estos británicos?

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1. Things Can Only Get Wetter
El anuncio de la convocatoria electoral no empezó con buen pie. Fue como pisar mil charcos en plena tormenta. El pasado 22 de mayo, en Londres, cayó una tromba de agua, como hacía tiempo no se recordaba. Pero el primer ministro británico, Rishi Sunak decidió hacer su discurso a la intemperie en plena calle, cuando la lluvia más arreciaba y sonando a todo trapo la canción fetiche del Partido Laborista de fondo, por gracia de un espontáneo con mucho sentido del humor. El tema musical se llama Things Can Only Get Better y con él arrasó Tony Blair hace 27 años. Las gracias en la prensa británica no se hicieron esperar: Things Can Only Get Wetter. Con Sunak las cosas solo pueden ponerse mojadas.

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2. Tocado y hundido
Después del remojón que se pegó con la convocatoria electoral, Sunak apareció con chaleco salvavidas. Los asesores le comentaron que tenía que arriesgar para evitar el hundimiento de su partido, y la mejor idea que tuvieron fue realizar uno de los primeros actos de campaña en los astilleros de Belfast, donde se construyó el Titanic. ¡Cuidado spoiler! Si no has visto la película, el barco se hunde. La escena fue perfecta para que los periodistas le preguntaran si los Tories ya se habían chocado con el iceberg, y si el partido iba por el mismo camino que el icónico barco norirlandés.
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3. Campaña festivalera
Pero a Sunak le ha salido un duro rival en la cómica campaña electoral. Sir Ed Davey, líder del Partido Liberal Demócrata, se ha empeñado en hacerle sombra. La convocatoria electoral en pleno julio le arruinó las vacaciones, así que decidió que, en vez de suspenderlas, iba a convertir su campaña en los días más divertidos de toda su vida.
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4. Sosoman
Enfrente se sitúa Sir Keir Starmer, líder del Partido Laborista, abogado especializado en Derechos Humanos y exdirector de la Fiscalía inglesa. Para los votantes se ha convertido en Sosoman. "No voy a sacar conejos de la chistera ni hacer ninguna pantomima. Ya hemos tenido de eso. Me presento para ser primer ministro, no para dirigir un circo", dijo en la presentación de su programa electoral. El aguafiestas de Sunak y Davey. La verdad que, con una enorme ventaja de 20 puntos en las encuestas, su objetivo es muy simple: alejarse de toda polémica, repetir su mensaje de "Cambio" y dar una imagen de hombre de Estado. Una campaña muy aburrida. Y un giro respecto a lo que todo el mundo lleva viendo esta década. Pero volvamos atrás a ver a los magos, las pantomimas y el circo: al origen del Brexit.

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5. La UE nos roba
Para encontrar las claves de fondo de la actual campaña electoral del Reino Unido hay que remontarse ocho años atrás, cuando una mayoría de británicos (el 52%) votó a favor del Brexit, el mayor embrollo político en Reino Unido desde la independencia de Irlanda en 1921. Un estadounidense de nacimiento, con ascendencia turca y alemana, y con mechones rebeldes de rubio platino fue el abanderado de la opción rupturista con Europa Continental. Sí, ese es nuestro hombre: Boris Johnson. Cuatro años después fue el encargado de firmar el Brexit, tras años eternos de negociaciones con la Unión Europea.

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6. Discípulo de Boris Becker
Johnson empezó su carrera como periodista en The Times, de donde fue despedido por inventarse citas. Pero fue rescatado por el eurófobo Daily Telegraph, que le mandó de corresponsal a Bruselas para inventarse noticias sobre cómo la UE iba a prohibir los plátanos curvos o las patatas fritas con sabor a cóctel de gambas. De ahí pasó a dirigir el semanario conservador The Spectator y a aparecer en programas satíricos de televisión. Su fama le permitió presentarse y ganar las elecciones a la alcaldía de Londres. Su objetivo de convertirse en "Rey del Mundo", como soñaba de pequeño, cada vez estaba más cerca.

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7. Dos hombres y un destino
Pero a Johnson no hay concederle todo el mérito del Brexit. El rubio de pelo alocado contribuyó con una extravagante campaña y unas cuantas de sus mentirijillas, pero el pecado original lo cometió su colega de farras universitarias, David Cameron. Los dos estudiaron en Oxford y compartieron hermandad. A Cameron se le ocurrió convocar el referéndum sobre el Brexit mientras era premier con el objetivo de terminar de una vez por todas con la división interna de los Tories sobre la posición del partido respecto a Europa. Sorpresa: salió mal.

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8. El Rasputín de Johnson
Otro de los personajes adorables del Brexit fue Dominic Cummings, el 'Rasputín' de Johnson, y el genio que estuvo detrás de la campaña por el Leave. Es el responsable de grandes éxitos como "Take back control" o "We send to the EU 350 million pounds per day". Su aspecto desaliñado esconde una mente estratégica privilegiada y un alto patrimonio. Ya volveremos a él. La lío parda, of course.

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9. "Ya lo siento"
Aquí empieza la verdadera comedia del Brexit y la trituradora de líderes tories. El marrón del Brexit se lo quedó Theresa May. "Ya lo siento por ti", le dijo Cameron después de perder el referéndum. Cameron hizo campaña por quedarse dentro de la UE. May también la hizo por el remain, pero en bajito. Tan en un segundo plano apoyó mantenerse dentro del club comunitario, que no le importó que su principal objetivo como nueva primera ministra fuera sacar a Reino Unido de la UE: "Brexit significa Brexit", fueron las palabras con las que describió su programa de Gobierno, un eslogan tan obvio y falto de significado que alguna universidad pidió a sus estudiantes que escribieran un ensayo analizando qué quería decir. Y los líderes europeos estaban igual de perdidos: las fotos de ella sola, apartada de los demás primeros ministros en las reuniones comunitarias fueron unas constantes. En muchas ocasiones cuatro macetas fueron única compañía en las cumbres europeas.

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10. El cruzaito y el robocop
El marrón del Brexit se lo quedó Theresa May. "Ya lo siento por ti", le dijo Cameron después de perder el referéndum. Cameron hizo campaña por quedarse dentro de la UE. May también la hizo por el remain, pero en bajito. Tan en un segundo plano apoyó mantenerse dentro del club comunitario, que no le importó que su principal objetivo como nueva primera ministra fuera sacar a Reino Unido de la UE: "Brexit significa Brexit", fueron las palabras con las que describió su programa de Gobierno, un eslogan tan obvio y falto de significado que alguna universidad pidió a sus estudiantes que escribieran un ensayo analizando qué quería decir. Y los líderes europeos estaban igual de perdidos: las fotos de ella sola, apartada de los demás primeros ministros en las reuniones comunitarias fueron unas constantes. En muchas ocasiones cuatro macetas fueron única compañía en las cumbres europeas.

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11. Dignidad, poca pero que dure
Su mandato se puso tan duro que durante el discurso que ofreció al congreso del Partido Conservador en octubre de 2017, un humorista salió de la nada y le entregó una hoja de despido, que ella aceptó públicamente, con bastante dignidad.

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12. May perdió la voz y las letras
En el mismo acto, May perdió la voz, obligando a su ministro de Hacienda, Phillip Hammond, a darle unos caramelos para la garganta. Y, mientras tanto, las letras del eslogan del partido se caían, una a una, de la pared, como fruta madura, mientras May sufría un ataque de tos en público. Una mezcla de las peores pesadillas de todos los estudiantes antes de hacer una exposición oral.

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13. Ordeeeeeer!!!!!
Sin mayoría y con todos los partidos divididos en diversas facciones a favor y en contra del Brexit, los debates en el Parlamento británico se convirtieron en un delirio caótico fuera de control. El único que era capaz de poner un poco de cordura a las cruzadas cainitas de los Tories era John Bercow, el speaker de la Cámara de los Comunes, con su famoso Order!!! Bercow, Tory, se destapó como un opositor al Brexit y acabó sus días cambiando su carné por el del Partido Laborista, uno más en una legislatura en la que 18 parlamentarios acabaron como tránsfugas.

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14. Traición y lágrimas
May aguantó hasta 2019. Presentó un acuerdo de Brexit al Parlamento británico tres veces, y tres veces fue rechazado. La mitad de su partido votó en contra. Incluido su ministro de Exteriores, un estadounidense de nacimiento, con ascendencia turca y alemana, y con mechones rebeldes de rubio platino. Ese mismo: Boris Johnson. Las elecciones europeas de ese 2019 dejaron a los Tories con el 8,8% de los votos. May dimitió la mañana siguiente, el 24 de mayo, entre lágrimas. La lideresa, aparte de personalidad, también tenía sensibilidad y más sentido de la responsabilidad que sus sucesores.

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15. Entró y rozó el golpe de Estado
Ese hombre rubio platino, estadounidense de nacimiento, con ascendencia turca y alemana, fue el reemplazo de Theresa May. Alexander Boris de Pfeffel Johnson, Al para sus amigos y Boris para todos los demás, juró su cargo prometiendo que la salida de la UE se produciría el 30 de octubre de ese año, y que prefería "aparecer muerto en una cuneta" a incumplir su palabra. Tenía hasta un plan: cerrar el Parlamento un mes para evitar que los diputados detuvieran el Brexit. Llegó hasta pedírselo a la reina Isabel II, que firmó el decreto de cierre, pero el Tribunal Supremo le dijo que lo que intentaba hacer era un poco anticonstitucional. Así que Johnson no pudo cumplir con su palabra y el Brexit fue prorrogado hasta el 31 de enero de 2020.

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16. Una cuneta decepcionada
Johnson no terminó en ninguna cuneta, pero aprovechó para convocar elecciones, con un eslogan simple: dadme una mayoría y se acabarán las batallas incomprensibles sobre el acuerdo del Brexit. Votadme y el griterío insoportable se acabará. Y obtuvo una mayoría absoluta clara, con 365 diputados, 40 más que la cifra necesaria. 365 diputados que habían prometido votar a favor del acuerdo del Brexit después de que Johnson purgara sin miramientos a 21 de los rebeldes proeuropeos que le habían atormentado, como advertencia a los demás. Los rebeldes probrexit que habían atormentado a May, entre ellos el propio Johnson, tenían ahora el poder.

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17. Cierre del Brexit
El hombre rubio platino, estadounidense de nacimiento, con ascendencia turca y alemana, usó su mayoría aplastante para lograr lo que May no había conseguido en tres intentos: aprobar un acuerdo del Brexit que, de paso, rompía las 'líneas rojas' que ella había marcado con Irlanda del Norte. La 'era Johnson' empezaba ya sin cadenas, tras tres años de bloqueo y divisiones, pero...

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18. Primer escándalo
Uno de los actores adorables del Brexit volvió a escena con el covid. Una señal de que algo no iba bien en Downing Street la dio Dominic Cummings, jefe de Gabinete de Johnson, y uno de los cerebros del Brexit, cuya misión era sacudir al Estado británico y reformar la administración desde cero, en una revolución sin precedentes. Pero el covid se interpuso en su camino: Cummings fue cazado conduciendo, a cientos de kilómetros de Londres, en pleno confinamiento, contagiado de covid, con su mujer y su hijo a bordo. Su explicación fue que tuvo la feliz idea de conducir 5 horas seguidas como parte de "un test" para poner a prueba su visión y certificar que el covid no le hubiera dañado la vista, y que lo de que estuviera arriesgando la vida de su mujer e hijo no se le ocurrió hasta que ya estaba camino de la casa de sus padres y ya no le compensaba darse la vuelta.

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19. Momento Lehman
Cinco meses después del escándalo, nuestro rubio platino informó a Cummings de que sus planes para revolucionar el Estado se iban a quedar en un cajón y le anunció que su presencia ya no era bienvenida. Johnson sentía que había dos gallos para un solo corral. Una vez fuera del poder, Cummings se convirtió en uno de los principales enemigos de Johnson, al que puso el mote de "el carrito de la compra" porque "no puede mantener una dirección y da tumbos descontroladamente de un lado al otro".

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20. Partygate
La segunda señal de que algo raro estaba pasando en la sede del Gobierno llegó el 10 de diciembre de 2021, cuando la cadena ITV filtró el vídeo de una rueda de prensa 'de broma' en la que la portavoz del Gobierno, Allegra Stratton, practicaba posibles respuestas en caso de que los periodistas le preguntaran por unas fiestas ilegales que se habían producido en Downing Street durante el confinamiento. "¿Qué puedo decir? No hay una respuesta. Esta fiesta ficticia fue en realidad una reunión de trabajo... y no hubo distanciamiento social", decía a cámara entre risas. Fue el inicio del escándalo 'Partygate', que pasaría a la historia como lo que hundió la carrera imparable de Boris Johnson.

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21. Tractorgate
Mientras tanto, los escándalos se sucedían en el partido. Neil Parish, un diputado conservador, se vio obligado a dimitir tras ser cazado viendo pornografía en el Parlamento en dos ocasiones. Parish se justificó alegando que estaba buscando información sobre tractores y, pinchando enlaces, había acabado "por accidente" viendo vídeos porno sobre tractores. Una explicación que provocó las burlas de sus vecinos, que eligieron a un candidato liberal para reemplazarle.

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22. Hacerse un 'Cifuentes'
La dimisión de Johnson, sin embargo, llegó por una causa distinta. Johnson se hizo un 'Cifuentes': después de un escándalo mayúsculo por trampear su currículum académico, acabó dimitiendo por robar unas cremas del súper. Cuando parecía que el escándalo de las fiestas no terminaba de darle el golpe definitivo, la revelación de que Chris Pincher, número dos de la disciplina interna del Partido Conservador, había sido cazado acosando sexualmente a dos chicos jóvenes en el club Carlton le estalló en las manos. El hombre rubio platino reaccionó a la denuncia bromeando sobre el nombre del diputado en cuestión ('pincher' se puede traducir como 'pellizcador'), lo que desató una oleada de dimisiones en el Gobierno, con el ministro de Hacienda, Rishi Sunak, como el primero en clavar el puñal. Finalmente, el 'premier' se rindió a la presión y dimitió el 6 de septiembre de 2022 reconociendo que "cuando el rebaño se mueve, se mueve".

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23. Liz Gotera y Kwasi Otilio
La sucesora de Johnson que votaron los militantes del partido fue Liz Truss, designada primera ministra el día antes de que la reina Isabel II falleciera, una señal muy poco auspiciosa de lo que se le venía encima. Como ministro de Hacienda nombró a Kwasi Kwarteng, aliado clave en el ala derecha del Partido Conservador y defensor de una fuerte bajada de impuestos para reactivar el crecimiento. El proyecto que presentaron fue tan desastroso que Kwarteng acabó rebautizado como "Kamikwasi".

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24. In Liz we Truss
Aquellos planes resultaron en el conocido como "mini presupuesto", que incluyó fuertes bajadas de impuestos a las personas más ricas, con la retirada del tramo más alto del IRPF, y fuertes subidas de gasto, con una subvención generalizada del precio del gas. Los mercados reaccionaron con un desplome de la libra y una fuerte subida del coste de la deuda pública británica. Pero en el congreso Tory, la sensación era clara: Truss tenía el apoyo de la base del partido: en vez del "In God we trust" estadounidense ('Creemos en Dios'), allí decían "In Liz we Truss".

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25. Truss se choca con una lechuga iceberg
Pero Truss se vio obligada a retirar buena parte de ese presupuesto en cuestión de días. El semanario The Economist comparó lo que habían durado esos planes con "la fecha de caducidad de una lechuga". El tabloide Daily Star vio un filón en aquella comparación y colocó una cámara apuntando a una lechuga de verdad, con la pregunta de cuál de las dos caducaría antes.

- Daily Star
26. Lechuga 1 - Truss 0
La respuesta llegó apenas seis días después: Truss dimitió tras una votación caótica en el Parlamento, digna de los mejores momentos del Brexit, en la que su jefa de disciplina dimitió justo antes de una votación que había calificado como "moción de confianza" y en la que ni la propia Truss votó a favor de sí misma. La lechuga celebró por todo lo alto su victoria ese 20 de octubre. Truss había aguantado 49 días y había logrado labrarse un sitio en la historia como una respuesta del quesito amarillo del Trivial.

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27. Rish! al rishcate
Los diputados del partido colocaron como primer ministro a Rishi Sunak, analista de Goldman Sachs y marido de una multimillonaria india que supera en riqueza al propio rey Carlos III, al que un periodista satírico rebautizó como Rish! por el diseño de la 'i' invertida de su logo. Las primarias duraron apenas tres días. Incluso llegaron a cambiar las normas del partido para que Johnson no pudiera volver a presentarse, dejando a Sunak sin rivales posibles. Pero a los dirigentes Tories se les olvidó romper la tradición cómica que sus antecesores habían encarnado de forma accidental desde David Cameron.

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28. Cheers!
Volviendo a la campaña, Sunak está tirando la casa por la ventana. Puro Benny Hill. Solo faltan collejas. El candidato tory se fue a una destilería en Gales, donde disfrutó de una buena jarra de agua. Sunak practica el hinduismo y su religión recomienda no tomar alcohol. Cuando preguntó a sus compañeros de mesa si estaban ilusionados por la Eurocopa, le respondieron, un tanto incómodos, que Gales no se había clasificado para el torneo. Cheers.

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29. Cuesta abajo y sin frenos hacia la segunda plaza
Mientras, Davey sigue optando por pasarlo pirata. Y de paso relanzar a los liberales como segunda fuerza política del panorama británico. Sería un resultado histórico para un partido tradicionalmente torturado por el sistema electoral. En Reino Unido hay 650 circunscripciones de unos 70.000 votantes, y el candidato más votado en cada una se lleva el único escaño que otorga cada una. Los Liberales, como tercer partido, llevan un siglo sufriendo el castigo de ser los segundos o terceros en casi todo el país: millones de votos y apenas cinco o diez escaños que llevarse a la boca en sus poquísimos feudos de Escocia y el suroeste de Inglaterra. Pero esta vez quieren aprovecharse de la debilidad Tory para hacer lo contrario: exprimir cada voto al máximo y ser la segunda fuerza en escaños pese a ser la cuarta en votos.
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30. Mi padre fabricaba herramientas
Starmer, Sosomán, está yendo a asegurar más que el Cholo Simeone cuando el Atlético va ganando por 1-0. Cuando intenta dar algo de chispa a su campaña, no para de repetir de manera obsesiva que su padre se dedicó a fabricar herramientas toda su vida, una frase que se ha convertido en una muletilla para dar 'caché' obrero a un abogado. Según una encuesta, un 27% de los británicos ya sabe a qué se dedicaba el padre del líder de los laboristas, algo que Sunak (hijo de farmacéuticos) está muy lejos de conseguir. Misión cumplida.

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31. Rishi Mouse
Sunak ha ido desplegando una gran faceta cómica según avanza la campaña, con decisiones tan desafortunadas como situarse delante de los faros de un tractor, con tan mal ángulo que parecían las orejas de Mickey Mouse. Un meme accidental, dado que una de las principales teorías es que el primer ministro se irá a buscar un nuevo trabajo a California en cuanto pasen las elecciones. Si no consigue un puesto millonario en alguna gran firma de Silicon Valley, decía el chiste, al menos ya está practicando para Disneyland.
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32. Otra resurreción del Brexit
Aprovechando la debilidad Tory, otro de los adorables personajes del Brexit ha irrumpido con fuerza. Nigel Farage, fundador del Partido de la Independencia del Reino Unido, UKIP, estuvo 21 años en el Parlamento Europeo pidiendo la marcha de su país. Su campaña es mezcla de ultraderecha europea con nacionalismo inglés rancio. En sus últimos días, su mensaje se ha centrado en explicar que Putin no es tan malo y que la culpa de todo la tienen los inmigrantes.

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33. Liberalismo punk
Pero a Sunak hasta los actos más sencillos se le complican. Un desayuno de campaña en Henley, una circunscripción en la que los Tories han ganado sin bajarse siquiera del autobús en todas las elecciones desde 1885 (salvo en 1906), acabó interrumpida por un acto de campaña del partido Liberal Demócrata: alquilaron un barco y se pasearon por el Támesis para aparecer justo detrás del primer ministro en las fotos. Puro God Save The Queen de los Sex Pistols en pleno jubileo de Isabel II. Hay espíritu punk en los liberales.
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34. Un programa electoral de altura
Los liberales y Davey se lo están pasando en grande. Esta es la primera vez que un partido presenta su programa electoral, normalmente un acto serio y muy medido, en una montaña rusa. Más atractiva y televisiva que las ruedas de prensa aburridas en una sala genérica en un centro de conferencias cualquiera sí que fue.
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35. Yo aquí he venido a disfrutar
Este espacio estaba reservado para Sosomán, pero hemos preferido sacar de nuevo a Davey y su equipo pasándolo bien. Por lo menos dan buen rollo. Y, si todo sale mal, al menos podrá irse de esta campaña electoral con el carné de fidelización de algún parque de atracciones.

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36. Batido, no mezclado
En el extremo opuesto a los liberales, el objetivo final de Farage siempre fue destruir al Partido Conservador, y el 4 de junio, nada más empezar la campaña, el líder populista anunció que volvería a ponerse al frente de su partido, ahora llamado Reform UK, para disputar el voto 'tory' decepcionado con Sunak, con la inmigración y con los últimos años de caos. Y su 'bautismo' electoral fue recibir un batido del McDonald's en la cabeza, como ya le ocurrió en 2019. Gajes del oficio.
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37. Día D de 'desastre'
Uno de los grandes escándalos de la campaña fue el hecho de que Sunak abandonara los actos de conmemoración del 80 aniversario del Desembarco de Normandía a mitad de la jornada para ir a grabar una entrevista. Por supuesto, allí volvió a pisar un jardín: viniendo de una familia acomodada, explicó que uno de los mayores sacrificios que tuvo que soportar de pequeño fue no tener televisión por cable. Al día después escapar de los actos conmemorativos de la II Guerra Mundial, convocó a la prensa a un evento en un colegio situado en una calle llamada Camino de los Veteranos, una referencia accidental al gran tema del día. Ni haciéndolo aposta.

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38. La casa siempre gana
Y a días de la votación, los Tories se han visto envueltos en un nuevo escándalo: varios candidatos a diputados, el jefe de campaña de Sunak, un escolta y numerosos altos cargos del partido apostaron a que las elecciones serían en julio un día antes de que el primer ministro hiciera el anuncio. Tras días de escándalo, Sunak se ha visto obligado a suspender a los dos candidatos, cesar a su jefe de campaña y ver cómo la recta final se ve aplastada por investigaciones policiales y revelaciones en los medios. Viendo el nivel de organización, lo sorprendente es que apostaran a la fecha correcta.