
El desengaño es una de las emociones que deja una herida más profunda en el que lo experimenta. Y cuando ese desengaño lo sufre un inversor con la gestora a la que había confiado su dinero, la credibilidad de la firma puede quedar seriamente afectada. Como consecuencia, el 'apetito' de los inversores por los productos más arriesgados tardará años en regresar a la industria.
Recortes para todos
De hecho, una de las principales conclusiones del estudio Beyond the credit crisis, presentado por la consultora KPMG en el Fund Forum International 2008 de Barcelona, realizado a 333 altos directivos de toda la comunidad global de gestores de fondos e inversión, es que el 60% del sector cree que se ha mermado la confianza de los inversores en las gestoras por la crisis.
Ante este panorama, "hemos notado que la visión de las gestoras tradicionales es un poco más negativa que la de las que utilizan estrategias alternativas", asegura James Suglia, responsable del Comité de Asesoramiento de Gestión Alternativa de KPMG. No es extraño, si tenemos en cuenta que, según Suglia "aunque la crisis supone un desafío similar para las gestoras tradicionales y para las hedge, el 60% de las primeras aseguran que la crisis ha tenido un impacto negativo en el rendimiento de los activos que gestionan, frente al 45% de gestores hedge que reconocen recortes".
Por si fuera poco, el estudio de KPMG refleja que el 70% de los inversores afirma que la crisis crediticia ha reducido de forma significativa o moderada su apetito por los productos complejos. Es más, el 55% de los encuestados creen que el "apetito" por los instrumentos de inversión más sofisticados tardará entre uno y tres años en volver al mercado.
¿Mala gestión del riesgo?
Esto contrasta con el gusto de las gestoras por los productos como los derivados, que paradójicamente utilizan el 57% de las gestoras tradicionales. "En los últimos tiempos ha aumentado notablemente el uso de instrumentos complejos y la industria seguirá creciendo en los próximos años. La clave está en qué podemos hacer para reducir los años que tardará en volver ese gusto por el riesgo", recalca Suglia.
Una de las causas que han hecho mella en la confianza de los inversores es, precisamente, "el sentimiento generalizado de que las firmas de gestión de fondos deben reconsiderar el tipo de negocio que llevan a cabo y los riesgos que asumen". Resulta preocupante la constatación de KPGM de que el 20% de los gestores que han invertido en instrumentos financieros complejos, como derivados o productos estructurados, admite que no cuenta con profesionales con la experiencia y los conocimientos necesarios en su empresa.
Por ello, desde KPMG insisten en que es importante mejorar la transparencia y lograr una adecuada gestión del riesgo, aunque sin descuidar la rentabilidad "hay que informar a los inversores de que, aunque ahora opten sobre todo por proteger las carteras, a largo plazo es necesario buscar un binomio adecuado entre riesgo y rentabilidad", aseguran desde KPMG.