La ralentización del mercado inmobiliario y el considerable volumen de viviendas sin vender afectarán negativamente al conjunto de la economía española que podría crecer un 2,4% en 2008, una décima por encima de la última previsión del Gobierno, y un 2,2% en 2009, según Merrill Lynch, que prevé una caída de precios de la vivienda de hasta un 5% nominal en los próximos 18 meses.