Detrás de su imagen de autócrata de humor imprevisible, el exrey Norodom Sihanouk, fallecido este lunes a los 89 años, fue una de las grandes figuras asiáticas del siglo XX, que dedicó su vida a preservar la unidad de Camboya, desgarrada por décadas de guerra civil.
Dos veces exiliado, dos veces restablecido en el poder, este personaje fuera de serie abdicó a los 82 años por razones de salud, asegurándose la supervivencia de la monarquía para evitar el caos. Su hijo predilecto, Norodom Sihamoni, le sucedió en 2004.
Durante más de 50 años, este pequeño hombre de voz aguda y carácter a menudo desconcertante, francófono gran amante del champagne y el foie gras, cineasta, poeta y compositor, estuvo omnipresente en la escena internacional a pesar de una carrera opacada por algunos períodos de ausencia.
Orgulloso de haberse codeado con todos los grandes de la posguerra --desde Tito, a Mao pasando por De Gaulle, a quien admiraba profundamente--, Sihanouk sobrevivió a las manipulaciones de sus protectores franceses, a la humillación de un golpe de Estado, al cautiverio bajo los Jemeres Rojos y al exilio.
Para el pueblo camboyano, que lo veneró como a un semidiós, era Samdech Euv: Monseñor Papá. "Sihanouk es Camboya", resumía simplemente su biógrafo oficial Julio Jeldres.
Instalado en el trono por los franceses en 1941, obtuvo doce años más tarde la independencia del país sin derramamiento de sangre.
Tras abdicar una primera vez para dedicarse de lleno a la política, a mediados de los años 50, Sihanouk fue varias veces primer ministro y concentro todas sus energías en concretar la idea que se hacía de Camboya: un pequeño reino neutral con un fabuloso pasado.
De esa primera "era Sihanouk", los camboyanos recuerdan una época de paz y relativa prosperidad, una suerte de edad de oro cuyo nostálgico recuerdo alimentaron por contraste los terribles acontecimientos que le siguieron.
"Esta ya prolongada longevidad me pesa de manera insoportable (...) Sinceramente, quiero morir pronto, ya he vivido demasiado", escribió Sihanouk.
Personaje pintoresco, playboy y bon vivant, también fue un artista, realizó una docena de películas, escribió poemas y compuso canciones. Casado seis veces, tuvo 14 hijos, de los cuales cinco murieron a manos de los Jemeres Rojos