La aerolínea británica registró unas pérdidas de 425 millones de libras (484 millones de euros) en su año fiscal -que finalizó el pasado mes de marzo-, frente a los números rojos de 358 millones de libras que se anotó en el ejercicio precedente.
Los ingresos se redujeron un 11%, hasta 7.990 millones de libras. En cuanto al resultado operativo, éste fue negativo y se situó 231 millones de libras frente a las 220 millones de libras anteriores.
El consejero delegado de British Airways, Willie Walsh, ha manifestado que "a pesar de esta caída de 1 millón de libras en la facturación durante el año", han conseguido recortar los costes y las pérdidas operativas, que se encuentran "virtualmente en el mismo punto que el año pasado" gracias a sus "esfuerzos en control de costes".