El Tribunal Supremo (TS) ha condenado a un año de prisión, por un delito de enaltecimiento del terrorismo y humillación a las víctimas, a una joven que difundió mensajes que atentan contra la dignidad de Irene Villa y Miguel Ángel Blanco, víctimas ambos de la banda terrorista ETA. La sentencia, en todo caso, rebaja un año la condena impuesta por la Audiencia Nacional.
El ponente, el magistrado Sánchez Melgar, argumenta que el "el discurso del odio no está protegido por la libertad de expresión ideológica" y añade que no se trata de criminalizar opiniones discrepantes sino combatir la promoción pública de quienes han atentado contra la libertad, la paz y el sistema democrático.