Los jóvenes abogados nacidos entre 1987 y 1990 -Generación Y- destacan por su mentalidad competitiva y su ímpetu de especialización, fruto de la situación del mercado actual, según las conclusiones de un informe realizado por la consultora Hudson. Consideran que es necesario diferenciarse del resto y poseer perfiles únicos. Esta generación destaca por su mejor formación frente a las anteriores.
A la hora de elegir dónde trabajar, los colegiados se preocupan por la reputación del despacho; por la retribución que ofrece y sus condiciones laborales; la posibilidad de recibir formación reglada en la empresa; y la existencia de un sistema de promoción interna y externa basado en meritocracia.