Firmas

Debates, indultos, la nación y otras dudas del montón

  • Fueron los estrategas electorales del PSOE quienes cambiaron de estrategia
  • El PSOE sigue remitiendo al "Estado Plurinacional" que no saben explicar
Pedro Sánchez. Foto: Efe

Cuentan del que fuera ministro de Defensa con Felipe González, Narcís Serra, que en sus primeras reuniones con los altos mandos militares causa respeto y estupor por sus constantes silencios y su mirada profunda e inquisitoria, hasta que se dieron cuenta de que si apenas hablaba era porque no sabía que decir. Y algo así es lo que le debieron aconsejar a Pedro Sánchez su equipo electoral con Iván Redondo a la cabeza, de la misma forma que hicieron con la ministra María Jesús Montero y así la fue el pasado martes en RTVE, sin palabras ante las acusaciones y argumentos de Cayetana Álvarez de Toledo y de Inés Arrimadas.

Y por eso la estrategia que habían diseñado para Sánchez era evitar al máximo las comparecencias y entrevistas en medio y, sobre todo, eludir cualquier debate, especialmente el cara a cara. El objetivo impedir que las preguntas o alegatos de sus interlocutores dejaran al descubierto las lagunas de su acción y programa en política económica, sus verdaderas intenciones sobre el indulto a los golpistas catalanes del 1-O y su absoluta carencia respecto al proyecto de nación.

La trayectoria de Pedro Sánchez no invita precisamente al optimismo en los debates

Por eso se inventaron la presencia de Vox en un debate a cinco que sabían no iba ser posible y por eso manipularon su RTVE, con la colaboración necesaria de la doméstica Rosa María Mateo- para frenar el debate en una cadena privada independiente. Sin embargo lo que no esperaban era que el resto de candidatos le fueran a dejar sólo en los platos de la televisión pública y la reacción de los profesionales de la cadena denunciando tan burda manipulación.

Y por eso también mintieron cuando alegaron que no había fechas en la agenda para debatir y volvieron a mentir cuando atribuyeron a Sánchez el cambio de opinión, que no fue sino una decisión del equipo electoral para evitar que su jefe y Presidente apareciera a ojos del electorado como un tramposo y un cobarde.

Porque la trayectoria de Pedro Sánchez no invita precisamente al optimismo en los debates. Recordemos el famoso con Rajoy donde se caracterizó por sus insultos y continuas interrupciones ante la sospechosa aquiescencia de un consentidor Campo Vidal. Y sobre todo, ese momento cumbre del debate entre los entonces aspirantes a Secretario General del PSOE en junio de 2017 cuando Patxi López le espetó: "Vamos a ver Pedro, ¿tú sabes lo que es una nación?". Una pregunta concreta a la que el interpelado respondió con balbuceos, inconcreciones y vaguedades, ante lo que el interpelante se sintió obligado a dar una lección de básica a un alumno joven pero insuficientemente preparado.

"Mira, -le explicó Patxi- nación es un término absolutamente moderno. No tiene ni 200 años. Y siempre ha habido dos corrientes históricas para definir una nación: una nación en términos jurídicos-políticos, que es la nación política que conlleva soberanía y, por tanto, la consecución de un Estado independiente y en la que estaremos radicalmente en contra los socialistas. Y es verdad, una nación en términos culturales que es el sentimiento de pertenencia a una lengua, a una historia, a una tradición... que no lleva la consecución de ningún Estado".

Pues bien, casi tres años después y con el alumno instalado en La Moncloa apoyado precisamente por quienes quieren destruir el Estado, Pedro sigue sin saber lo que es una nación. O, al menos, eso es lo que se desprende tanto de sus entrevistas la semana pasada en radio y en televisión como del programa electoral con el que se presenta.

En la comparecencia televisiva no supo, o no quiso, aclarar si seguía defendiendo ese Estado Plurinacional como el definió un día a España. De la misma forma que volvió dar la callada por respuesta, una vez más, a la pregunta sobre si piensa indultar a los procesados por el intento de Golpe de Estado en Cataluña. Y, ya se sabe que el que calla otorga.

Y respecto al programa electoral, cierto es que en ningún momento menciona a ese Estado Plurinacional, pero si se remite a la Declaración de Barcelona, que a su vez remite a la Declaración de Granada, en la que queda clara y explícita la apuesta del sanchismo por ese Estado Plurinacional, pese a que ni Pedro ni nadie de su equipo han sabido explicarnos hasta hoy en qué consiste y con qué propósito. Como tampoco saben aclarar a qué se refiere Pedro cuando habla de reformar el Estatuto de Autonomía de Cataluña y transferir más competencias. ¿No es ya España el Estado más descentralizado de Europa? ¿No tiene Cataluña más competencias que cualquier estado federal que se conozca?

Son preguntas que Pedro y sus adláteres deberían aclarar para que los ciudadanos sepan a quién dan su confianza. Como también deberían aclarar, si es que pueden, si para ese Estado Plurinacional van a recuperar la figura del relator y la mesa bipartita con Torra y el ventrílocuo que le maneja desde Waterloo. Y, sobre todo, qué precio está dispuesto a pagar a los independentistas y a los antisistema para seguir cuatro años más en La Moncloa y con el Falcon.

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