Son tiempos de cambio, ante nosotros se abre un periodo económico donde la digitalización, la transición ecológica y la globalización están cambiando nuestros patrones de consumo y transformando los modelos de negocio de nuestras empresas. En esta etapa vivimos el ocaso de actores con un pasado icónico y la aparición de nuevos líderes empresariales que han sido capaces de aprovechar el entorno presente.
En este contexto, en el que la información fluye a escala global, y se desdibujan las fronteras de los países y se incrementa la competencia internacional, nuestro tejido empresarial necesita afrontar una transformación que le permita capturar las múltiples oportunidades de este siglo XXI.
Por ello, desde el primer momento elevé la prioridad política de las áreas de mi departamento, con la ambición de impulsar la modernización de unos sectores que suponen cerca del 50% del PIB. Asimismo, activé los espacios de diálogo institucional con todos los actores públicos y privados porque la modernización que necesita nuestro modelo productivo solo se conseguirá construyendo un proyecto común desarrollado mediante colaboración y consenso.
A pesar del aislamiento económico que experimentamos en nuestra historia pasada, en la actualidad somos un país abierto al mundo. Nuestras exportaciones han alcanzado en 2018 un récord histórico superando los 285.000 millones de euros y el sector exterior ha jugado un papel clave en nuestra recuperación económica.
Sin embargo, en el escenario mundial y particularmente europeo existen incertidumbres derivadas de la solución que se le dé al Brexit. En estos momentos caben distintos escenarios, pero cada vez hay más posibilidades de que se produzca un Brexit sin acuerdo. Es por ello que desde el Gobierno estamos preparando un conjunto de instrumentos para preparar a nuestras empresas y a la propia administración pública a afrontar este escenario con garantías.
En este sentido, estamos reforzando los puntos aduaneros, impulsando la preparación de planes de contingencia, y facilitando el acceso a los servicios prestados por las Oficinas Comerciales de España en el exterior mediante el "cheque Brexit".
El comercio interior es otro de nuestros ejes de actuación. Hemos puesto en marcha iniciativas para combatir la venta ilegal, las falsificaciones y el intrusismo. Unas actividades que, se estima, provocan una pérdida de 40.000 empleos en la economía española.
Además, con la mirada puesta al futuro, hemos creado el Observatorio de Comercio 4.0. Un organismo que analizará el efecto de la digitalización en el comercio, dotándonos de información con la que diseñar políticas públicas eficaces para fortalecer el sector del comercio.
Finalmente, en materia turística hemos aprobado la Estrategia de Turismo Sostenible de 2030, para sentar las bases de la transformación del turismo español hacia un modelo de crecimiento sostenido y sostenible; un modelo que nos permita mantener nuestra posición de liderazgo mundial.
En definitiva, en este periodo al frente del Ministerio hemos sentado las bases de un proyecto de país que modernice nuestra economía y nos permita aprovechar con solvencia las nuevas oportunidades que la tecnología, la globalización y la transición ecológica nos ofrece para garantizar un crecimiento y un progreso para todos.