
Si se repite algo muchas veces se acaba dando por hecho. Si la mayoría de los analistas dice que las bolsas están caras, la mayoría de los inversores considera que lo están. Es lo que se escucha ahora en el mercado, en los medios y en las redes sociales, así que ¿por qué no dedicar unos minutos a comprobarlo?
Para empezar, veremos que la bolsa norteamericana, que es la que más ha subido, no está especialmente cara. Tampoco es que esté barata, cierto, pero eso de que está "muy cara" no se corresponde con la realidad. La valoración está dentro de la media histórica, concretamente en un PER de 20 en su índice más representativo, que es el S&P 500. ¿Y la bolsa europea? Pues no solo no está cara, sino que, con un PER de 16, está muy barata. A los mismos niveles que en el año 2010, justo después de la crisis, pero con la diferencia de que ahora la situación económica es bastante más sana. ¿Y qué decir de los mercados emergentes? Desde luego, caros no están. Alguno, como China, ha caído más de un 30% desde máximos. Otra cosa es el timing, es decir, si es el momento adecuado para entrar, ¿pero caras? Las bolsas no están caras.
La medida de valoración comúnmente aceptada en los mercados de acciones es el PER de las empresas. Y suele funcionar, porque cuando llega a situaciones extremas, es decir, cuando es exageradamente alto o exageradamente bajo acaba cambiando la dirección del mercado. El Price Earnings Ratio es un cociente -o "ratio"- que relaciona el precio de una acción con los ingresos por acción de esa empresa. No voy a aburrirles explicando en qué consiste exactamente, pero quédense con lo importante: a más alto, más cara está la empresa. Y si hablamos del PER del conjunto de las empresas cotizadas en un mercado, más caro estará ese mercado.
El PER del la bolsa norteamericana está sólo ligeramente por encima de la media histórica. Y eso no es algo opinable. Es un dato. ¿Y cómo es posible que el PER esté ahora a niveles del año 2016 si el mercado de EEUU ha subido un 35% desde entonces? Pues porque han aumentado los ingresos de las empresas, ergo ha aumentado el componente de los ingresos por acción. Y de ese factor, de los ingresos por acción, dependerá lo que haga el mercado en el futuro. Si siguieran aumentando, se justificarían precios superiores y, aunque subiera la bolsa, no tendría por qué estar cara. Por el contrario, si los ingresos por acción se estancan, no estarían justificadas nuevas subidas. Y si bajaran, lo que estaría justificado es que cayera el mercado.
La conclusión es sencilla: si la economía norteamericana sigue creciendo y, sobre todo, si sigue creciendo la economía global -las grandes empresas norteamericanas, que son en su mayoría multinacionales- ganarán más dinero y aumentarán sus ingresos por acción, tal y como ha ocurrido en años anteriores. Luego está la valoración del sector tecnológico. Esa sí que resulta elevada desde un punto de vista histórico y eso también es un hecho. Pero si eliminamos el sector tecnológico, el PER medio de la bolsa de Estados Unidos se aproxima a 17, lo que nos muestra una imagen bien distinta de la valoración bursátil de las empresas en Norteamérica. Y si bien es un hecho lo del precio de las acciones tecnológicas, especialmente las grandes empresas digitales, cabe preguntarse si ese ratio debe valorarse de la misma forma en empresas que se están comiendo -literalmente- al resto. Por verlo con un ejemplo: ¿cuánto vale Amazon si finalmente entra en el sector financiero y tiene éxito? Y quien dice Amazon dice Google o Apple.
Con los datos actuales, la conclusión es evidente: la economía estadounidense crece al 4% anual y si mantiene ese ritmo, o incluso si es algo menor, crecerán los ingresos de las empresas norteamericanas en su mercado doméstico.¿Que esto puede cambiar si, por ejemplo, la Reserva Federal sigue subiendo los tipos de interés? Sin duda, pero estamos hablando de "lo que hay", no de lo que puede ocurrir en el futuro. Eso queda para otro análisis, el de perspectivas.
En el resto del mundo las perspectivas no están tan claras y ciertamente el crecimiento no es tan robusto como en EEUU, pero es crecimiento, no recesión. Es posible que eso se estropee, claro, todo es susceptible de empeorar y desde luego no se debe descartar que así sea. Pero siguen siendo "posibilidades", no "realidades". La realidad es que a día de hoy, jueves 18 de octubre de 2018, las bolsas, así, en general, no están caras.