Firmas

El choque energético

  • El papel de la nuclear es muy importante en la transición energética

Al contemplar las circunstancias depresivas que se derivan de disponer, sobre todo a partir de la Revolución Industrial, de energía abundante y barata, hay que admitir que con España no ha sido generosa la Naturaleza. Contemplemos la realidad del carbón, cuyas posibilidades tanto buscó Jovellanos. Y también, las tesis de Juan Arespacochaga de la relación altísima capital/producto en cuanto a la producción hidroeléctrica.

Desde luego, no fue por estos campos, hoy hispánicos, el mítico jardín biológico que generó los hidrocarburos gaseosos y líquidos, y al menos por ahora, tampoco la Naturaleza nos dota de minerales radiactivos. Y para las energías renovables, ni vientos sistémicos, ni soleamientos adecuados. Añádase a esto que, en torno a la energía, los planteamientos nacionalistas son evidentes. Díganlo las dificultades para la interconexión de nuestra realidad con Europa a través de Francia.

Al intentar escapar de esta situación, hay que anotar dos fracasos. En primer lugar, cuando el proteccionismo, combinado con el intervencionismo estatal, intentó resolver el problema, tanto del carbón como del petróleo. El primero, con la iniciativa privada, como sucedió en el distrito industrial asturiano. El segundo, con iniciativa estatal, tanto compradora, como sucedió en el estatal Monopolio de Petróleos y su distribución con la Campsa (privada), como con iniciativa pública, como por ejemplo la de la Empresa Nacional Calvo Sotelo. En el terreno de la electricidad, no es posible olvidar aquellas palabras escritas por Manuel de Torres, fechadas el lunes santo de 1954, en las que señaló que "su concentración monopolística impresiona y alarma", porque "no se trata de un islote solitario en el mar de la producción de España", sino que "podríamos compararlo al primer eslabón de una cadena de arrecifes que impide el paso al puerto del progreso económico del país".

Energías renovables

En cuanto a las energías renovables, en esa obra fundamental para entender la actualidad energética española, que es la publicación Cambio climático y transición energética, de los Papeles de Cuadernos de Empresa- editada por el Club Español de la Energía, basada en las aportaciones efectuadas sobre estas cuestiones en el verano de 2017 de los Cursos de La Granda, en la aportación de José María González Moya titulada Renovables en La Granda-, se puede leer esto en la pág 64: "Solo el 14% de la energía primaria total en 2016 fue renovable (en España). Esto lastra gravemente nuestra balanza comercial, puesto que la dependencia energética de nuestro país es del 72,8%, casi 20 puntos porcentuales superan a la media de la Unión Europea (53,4%)". Y el problema subyacente lo indica, casi con agobio, González Moya en la pág. 65: "España ha fracasado estrepitosamente en esta labor de establecer unas condiciones atractivas" para los inversores. A pesar del resultado de las subastas en las que se adjudicó toda la potencia en concurso, España se percibe como un país poco seguro para la inversión renovable. En el ranking mundial de países más atractivos para invertir en renovables, nuestro país está situado en el número 25, cuando hace justo una década estaba en primer lugar".

La otra alternativa, basada, más que en la coexistencia, en la proximidad a la actividad económica de minerales radioactivos, es la energía nuclear. El valioso trabajo de Guillermo Velarde, recientemente fallecido, titulado El proyecto Islero, nos muestra, desde luego, su enlace con el armamento, y los frenos actuales mundiales, cuyo último episodio ha sido el choque entre Corea del Norte y los Estados Unidos, aparte de lo sucedido en torno a Irán, y los papeles que tienen las grandes potencias, Estados Unidos, Rusia, China, el Reino Unido y Francia. En su versión suministradora de energía no contaminante, observamos la polémica generada por la liquidación de las centrales nucleares en Alemania. Ampliemos algo esto, desde el punto de vista de los intereses de nuestra nación.

En España, la generación de energía para la actividad económica con origen nuclear se inició con los proyectos del ministro de Industria Alfredo Santos Blanco -por cierto que, como economista, se encuentra en el equipo elaborador de la primera Tabla input-output de la estructura económica española-, que fue inmediatamente seguido por los planes energéticos, para aliviar el tremendo impacto experimentado por nuestra economía a causa del choque petrolífero de los años 70. Su elaborador, que merece ser destacado, fue en 1975, Alfonso Álvarez Miranda. En la actualidad, y ante los riesgos derivados del calentamiento generado por aspectos relacionados con la actividad de otros sectores energéticos -como señala Ignacio Araluce, presidente del Foro de la Industria Nuclear Española, en el artículo Energía nuclear y transición energética, en los citados Papeles de Cuadernos de Energía-, surgen dos ventajas realmente importantes. Por ello, no pueden tener más relación para la liquidación de esta energía, que una derivación populista del miedo a una explosión nuclear paralela a lo sucedido recientemente en Japón. Señala Ignacio Araluce, acertadamente, en la página 68, que se ha de destacar "el papel de la energía nuclear como mejor manera de transitar de forma eficiente, ordenada, fiable y competitiva hacia un modelo descarbonizado y fundamentalmente renovable por la complementariedad de ambas tecnologías".

Finalmente, no se pueden olvidar las posibilidades derivadas de la situación geográfica que tiene España, en favor de mecanismos de distribución de ciertas energías. Por un lado, las conexiones eléctricas con Portugal y con Marruecos. Pero también, porque además del Mibel, o sea el Mercado Ibérico de Electricidad, existe el estándar europeo, que parte del Acuerdo Comunitario desde agosto de 2015 y es de obligado cumplimiento para todos los Estados miembros. Y en ese planteamiento comunitario, parece evidente que puede mostrar un camino la regasificadora de Gijón.

Todo lo señalado es muestra de que, efectivamente, el choque energético frente a nuestro desarrollo ha existido, pero que hay senderos numerosos para escapar de esa situación, que tanto frenó nuestro desarrollo en el pasado.

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