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Siete capacidades básicas para tener éxito en la era tecnológica

Bienvenidos al futuro. Por primera vez en la Historia, podemos decir algo así. Porque nunca antes habíamos asistido a una etapa de cambios sucesivos tan vertiginosa como esta. No es el cambio lo novedosos, sino su velocidad. Una velocidad exponencial que hace que la propia concepción del manejo del tiempo se difumine y en la que el presente es un momento que parece sumido en un lejano pasado.

Para adaptarse a esta realidad el ser humano debe adoptar una serie de hábitos elementales de supervivencia. Cuando resulta imposible correr tan rápido como lo hace el cambio, la única alternativa es subirse al cambio, integrarse en él. Hay que ser cambio.

Nace así un nuevo tipo de ciudadano beta, caracterizado por llevar impreso en su adn y en su comportamiento un claro sentido de iteratividad. El ciudadano digital vive en permanente estado de prueba / error, aprende por el camino, incorpora lo aprendido y está dotado, en definitiva, de la flexibilidad necesaria para desenvolverse en esa nueva normalidad.

Esos nuevos "superpoderes" requieren de una serie de capacidades básicas que constituyen el equipamiento de serie de todo ciudadanos beta.

1. Pensamiento crítico ante la resolución de problemas

En la era digital se valora más a las personas que saben hacer buenas preguntas que a las que saben dar buenas respuestas. Las respuestas, además, suelen poner el foco en dar solución a problemas viejos; las buenas preguntas que se apoyan en pensamiento crítico, en cambio, abren nuevos caminos para la resolución de nuevas inquietudes.

2. Agilidad en la adaptabilidad

Es eso a lo que muchos se refieren como 'learn hability' o capacidad de aprendizaje continuo. En un escenario en el que una nueva herramienta tecnológica se queda obsoleta antes de que tengamos tiempo de empezar a dominarla, ya no disponemos de meses para aprender y adaptarnos, sino que debemos hacerlo inmediatamente. Además, las nuevas aplicaciones generan, a su vez, nuevos problemas, por lo que la adaptabilidad sin más ya no es suficiente. Se necesita, además, velocidad en esa adaptación.

3. Habilidades de comunicación

Si siempre han sido importantes, ahora lo son mucho más. En este mundo sin pausa, la capacidad de síntesis y para expresarse efectivamente con pocas palabras, de eliminar los superfluo y quedarse con lo esencial del mensaje, es esencial.

4. Capacidad de liderar en entornos de poca influencia

El liderazgo sigue siendo la necesidad de influir en los demás, de causar un impacto en el entorno. Sólo que ahora esos entornos están más preparados y son menos permeables que antes a dejarse influir. Clientes, colaboradores, socios... dudan, aprenden y toman posiciones rápidamente sobre cualquier cuestión.

5. Orientación hacia el intraemprendimiento

Hoy se requiere una mirada 360º que contemple nuevas vías de innovación para el negocio. Mentes abiertas a la generación de modelos cada vez más relacionales y colaborativos, y a provocar nuevas tendencias.

6. Curiosidad imaginativa

Este un driver para la innovación y para la resolución de problemas. La curiosidad imaginativa no solo nos permite visionar el futuro, sino también aprender de lo que sucede en el presente.

7. Capacidad analítica de la información

Con la particularidad de que la información que manejamos en la actualidad es infinitamente más grande y compleja. El verdadero valor radica en saber identificar, procesar y seleccionar, de entre esa ingente cantidad de datos, aquella información que es susceptible de provocar cambios y de facilitar la toma de decisiones.

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