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Avatar

Carles Puigdemont. Foto: Efe.

Como diría el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardá, los independentistas han logrado cuadrar el círculo: investir a Carles Puigdemont como presidente "legítimo" de la Generalitat sin violar la ley. Para lograrlo no se han roto los cascos ni han hecho un gran esfuerzo imaginativo. Simplemente vieron la película de James Cameron Avatar (2009) en la que trasladan la mente de los sabios a unos cuerpos artificiales para que estos realicen sus órdenes.

Si quieren ser ustedes más tradicionales, se podría decir que Puigdemont y Junqueras buscan cada uno un testaferro, que acudirá en su nombre al Parlament y firmaría lo que sus "jefes" les ordenen desde Bruselas o desde Estremera. Es decir, apuestan por formar un Gobierno títere. Y para que no exista duda sobre quiénes mandan sobre los avatares, no jurarían el cargo ni harían ninguna ceremonia de investidura. Harían estrictamente lo que manda la ley.

Incluso los testaferros designados podrían acudir al Parlament con las máscaras de Puigdemont y de Junqueras para que el carnaval resulte más evidente.¿Y quién se prestaría a esta charlotada? Pues Elsa Artadi y Marta Rovira, en plan Pili y Mili. A ninguna le importaría hacer de replicantes. Es más, ya lo han hecho. Basta escuchar atentamente lo que dicen ellas y lo que dicen sus respectivos jefes para darse cuenta de que es lo mismo. Por tanto, ni sería ningún sacrificio ni supondría un gran cambio. Cada vez que se subiesen a la tribuna de oradores comenzarían su elocución con un latiguillo: "Como diría el legítimo presidente de la Generalitat, el muy honorable Carles Puigdemont..." Y lo mismo con Junqueras. De esta manera, tendrían asegurado el espectáculo hasta el final de la legislatura.

¿Sería legitimo? Probablemente sí, porque la ley no prohíbe elegir como presidente, vicepresidente y consejeros a replicantes, avatares, testaferros o como se les quiera llamar. Ante esto, los tribunales españoles lo único que podrían hacer es activar la euroorden de detención y entrega de Puigdemont, una vez que haya sido inhabilitado por el Supremo, y una vez en España, meterle en la misma celda que a Junqueras y dejar que se peleen entre ellos. Fuera de bromas, así ni se construye ni se arregla nada.

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