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Crecimiento económico igual a beneficios

Los resultados de la banca en 2017 ponen de manifiesto el carácter procíclico del negocio, que es sistemático y recurrente, hasta tal extremo que incluso haciendo las cosas regular se puede ganar dinero. El problema de la banca en el pasado no ha sido la estructura del negocio, sino lo mal que, en general, se ha hecho. Y como toda generalización es odiosa, cabe decir que los que presentan más brillantes resultados son precisamente los que más fieles se han mantenido a los principios de la banca, que se basan en pocas premisas, siendo la prudencia en la gestión la principal.

Los grandes bancos internacionales, Santander y BBVA, han tenido muy buenos resultados. Estos realizaron procesos de internacionalización, ya ha hace años, que diversifica sus fuentes de ingresos y disminuye el riesgo del balance. Con todo, no son los bancos que mayor crecen en su beneficio, correspondiendo este honor a Caixabank, que es el primer banco en España y acapara una cuarta parte del negocio en varios segmentos. Su resultado ha sido especialmente brillante producto de una gestión muy alineada con las necesidades del cliente bancario español.

Los resultados del 2017 ponen de manifiesto también lo que un banquero debe evitar, que no es otra cosa que mantener participaciones significativas en empresas no bancarias. Este hecho ha sido especialmente significativo en BBVA, que ha lastrado su beneficio neto por los ajustes de valor en su participación en Telefónica. La banca debe estar aislada de cualquier otro negocio no bancario porque lo contrario supone una traslación de riesgos que puede resultar catastrófica. Consume capital y mantiene el resultado pendiente de la evolución del mercado bursátil, generando una incertidumbre que un banquero no se puede permitir. No olvidemos que Banesto cayó por el desplome de su corporación industrial. Aunque la banca secularmente en España ha estado enredando en las empresas, creo que en la actualidad, dados los retos que tiene por delante debería centrarse exclusivamente en su negocio.

También vemos que una parte del crecimiento en beneficios viene del aumento de comisiones, no del incremento en el crédito, cuyos márgenes financieros o no han crecido o se han mantenido en magnitudes modestas. Si los ingresos por comisiones ha crecido ha sido por dos factores: una mayor cantidad de transacciones por el crecimiento económico y un aumento de los precios. Este último factor es preocupante, ya que puede implicar una viciosa forma de obtener resultados sin aportar más valor, sino simplemente subiendo el importe de las comisiones en un mercado cada vez más monopolístico. Porque, se diga lo que se diga, aún la banca mantiene, y así será por muchos años, la iniciativa tanto en el sistema de pagos como en la comercialización de productos financieros. Las amenazas que vienen desde la Fintech y desde entidades de pago no bancarias aún no suponen, ni es previsible que supongan en el medio plazo, una amenaza catastrófica, sobre todo en sectores de clientela no minorista. Por otra parte, al tiempo que la banca está sometida a una estricta regulación que es muy costosa, también en términos económicos, de cumplir, supone una barrera de entrada que de alguna forma protege la continuidad de las entidades como únicas actoras en sus actividades reservadas, siendo la principal la transformación por cuenta propia de fondos reembolsables del público en créditos.

A pesar de su actividad sistemática, sin duda la banca afronta grandes retos que tienen reflejo en su cuenta de resultados. Ya vemos como se están recuperando tras estos años de crecimiento económico, como no podía ser de otra manera. Y también veremos como las entidades cada vez van a ser más grandes y más internacionales. Aunque se han enfriado tras la palabras de Botín las expectativas de una gran fusión en Europa, este escenario no es descartable en un futuro próximo, aunque han de caer barreras políticas y la integración financiera de la Unión debe ser más efectiva.

En suma, son buenos los resultados de la banca en 2017 en línea con lo que cabía esperar. La banca se ha librado en buena parte de pesadas comisiones, no hay especiales incertidumbres sobre la salud de ninguna entidad y las rescatadas cada vez están en mejor posición. Es lo que tienen los ciclos económicos, que igual que dan muchos disgustos, empiezan a dar alegrías cuando se invierte la tendencia, que ahora parece consolidada para varios años.

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