Firmas

Ilusiones peligrosas y recompra de acciones

Los estudios cinematográficos de Hollywood no son los únicos que saben que es posible enriquecerse con las ilusiones, los directivos de la mayoría de las empresas estadounidenses también. Una proporción considerable de su remuneración proviene de las opciones sobre el comportamiento de las acciones, algo muy diferente de lo que ocurre en Europa.

En Estados Unidos, alrededor del 75% de los salarios de los directivos están vinculados al precio de las acciones, en comparación con sólo el 25% de sus pares alemanes. Esto sugiere que en EEUU el precio de la acción puede ser artificialmente reforzado cuando los resultados operativos reales no pueden hacerlo.

El término mágico para incrementar el precio es "recompra de acciones". Éstas son usadas por casi el 85% de las empresas del S&P500. Alrededor del 20% de las empresas compran más de un 5% de las acciones en circulación al año. Estas recompras pueden representar una proporción sustancial de los volúmenes diarios en el mercado de renta variable estadounidense. Hay indicadores que muestran que, en los días con pocas transacciones, un tercio de las operaciones son de recompra de acciones.

En el corto plazo, esta demanda adicional estabiliza los precios, razón que explica que en los años recientes el mercado estadounidense haya experimentado una volatilidad baja en comparación con el mercado europeo. Los efectos positivos a medio plazo son muy importantes debido a la ilusión de ganancia que tienen los inversores. Veamos un ejemplo: una corporación tiene 1 millón de dólares en acciones circulando y gana 10 millones después impuestos, intereses y depreciación.

Esto quiere decir que el beneficio de la corporación es de 10 dólares por acción. Asumamos que al año siguiente esta empresa también gana 10 millones, pero que además recompra el 10% de acciones que están en el mercado y las mantiene en cartera. El resultado es que la ganancia por acción será de 11,1 dólares. Se habrá incrementado el rendimiento de la acción un 11% sin haber variado en las ganancias operacionales. El encanto de la operación reside en que no solo el beneficio, sino el precio de la acción se incrementa un 11% sin haber ninguna variación en la ratio de ganancias.

Se produce un incremento en el precio de las acciones sin que haya ninguna mejora económica en la compañía que lo justifique. Sin embargo, a los propietarios de estas acciones podría parecerles totalmente racional la subida del precio ya que cada acción produce ahora un mayor beneficio.

En principio, una empresa tiene tres opciones para apropiarse de los beneficios. Puede invertirlos, distribuirlos en forma de dividendos o recomprar sus propias acciones. Esto tiene sentido, por ejemplo, cuando su propia empresa es más rentable que los ingresos que podrían generarse a partir de inversiones arriesgadas.

La situación parece cambiar radicalmente cuando las recompras de acciones son financiadas asumiendo deuda adicional y no mediante el uso de los beneficios. En este caso, el capital en acciones es remplazado por préstamos, dando como resultado que, dependiendo de cada compañía, las posiciones de riesgo de los accionistas se incrementan significativamente.

En Estados Unidos, las posiciones de deuda neta respecto a los activos financieros han aumentado del 23% al 28% desde el final de la crisis de Lehmann debido a las recompras, en comparación con Europa, donde la relación se ha mantenido prácticamente sin cambios en un 21%.

Por supuesto, el actual entorno de bajos tipos de interés favorece la conversión del capital en acciones, en préstamos. En EEUU ya hemos visto aumentos en los tipos de interés por algún tiempo.

Por tanto, en paralelo con las altas valoraciones históricas de los beneficios, que en cierta medida están artificialmente infladas por las recompras de acciones, estamos viendo un peligroso cóctel de aumento de la deuda más "ilusiones" de ganancias.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky