Firmas

Rajoy y Sánchez: tan lejos, tan cerca

  • Cataluña ha centrado gran parte de la cita
  • En el resto de asuntos los dos líderes han pasado algo de puntillas
Mariano Rajoy y Pedro Sánchez en la reunión de este jueves. Foto: EFE

Las más de dos horas que ha durado la reunión entre el presidente del Gobierno y el secretario general del primer partido de la oposición han debido ser como la de aquellos vecinos de edificio que se repelen y airean sus diferencias, pero están condenados a entenderse. De sus muchos desacuerdos, incluido el rechazo personal que se profesan, tiene que nacer un acuerdo imprescindible para los españoles y los catalanes, gracias al cual mantengan una postura única e indisoluble ante el desafío de la secesión que se está planteando.

Ha habido más matices sobre esto en la comparecencia ante los medios de la portavoz socialista Margarita Robles que en la del ministro Méndez de Vigo. Éste ha subrayado que habrá un diálogo permanente sobre Cataluña entre ambos y que la posición contraria al referéndum independentista es común. Ha sido ella la que ha expresado de forma insistente que todo eso está muy bien, pero que el PSOE tiene objeciones que hacerle al Gobierno. El rechazo al ejecutivo del PP es tan profundo en Pedro Sánchez que se resigna a entregarle un apoyo incondicional en una materia tan sensible como es la respuesta a la intentona secesionista.

La frase complementaria que todos los dirigentes socialistas pronuncian estos días detrás del apoyo al Gobierno es siempre "pero Rajoy no puede seguir cruzado de brazos sin buscar el diálogo y las soluciones políticas". Por eso la portavoz socialista ha argumentado que, si Mariano Rajoy no abre las vías de diálogo que ellos exigen, el PSOE presentará una serie de iniciativas legislativas que no ha precisado y que pueden pasar por la propuesta de reforma constitucional.

Sería importante conocer si en la reforma de la Carta Magna que quiere llevar a cabo el PSOE como solución al conflicto de los independentistas catalanes se incluirá la derogación del artículo 155, que tanto rechazo provoca al ser considerado poco menos que como el pretexto autoritario de una dictadura que invadirá un territorio sometido a sangre y fuego. Todo un exceso. Que en un país democrático la sola mención al cumplimiento de un artículo de la ley fundamental suponga rasgarse las vestiduras a algunos sectores políticos demuestra cual es el estado de la cuestión en lo que relativización se refiere.

En el resto de asuntos los dos líderes han pasado algo de puntillas. El Gobierno dice que no se ha hablado de asuntos económicos y el PSOE lo desmiente recordando que Sánchez ha pedido acciones directas en pensiones y salarios, lo cual supone hablar mucho de economía. No hay afortunadamente frases complementarias en el apoyo al Gobierno en la lucha contra el terrorismo yihadista, aunque el rechazo en todo lo demás seguiremos viéndolo en estas próximas semanas en el Congreso. Comenzando por un techo de gasto que los socialistas rechazarán por mucho que se suavice el objetivo del déficit presupuestario de las comunidades donde gobiernan.

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