
Popular vuelve a ser noticia y nuevamente son noticias preocupantes. Una vez más, hay que decir a todas aquellas personas que estén leyendo este artículo y sean depositarios (es decir tengan una cuenta corriente o depósito u ambas cosas) que deben estar tranquilos. Los depósitos están garantizados en una cuantía de 100.000 euros por persona y entidad; asimismo las cantidades que excedan de esa cuantía tienen un estatus de alta protección.
Los que hayan suscrito productos fuera de balance del banco como fondos de inversión, fondos de pensiones o seguros deben tener en cuenta que su riesgo patrimonial es independiente de la salud o devenir del banco. Mantengamos pues la calma: los comentarios que aquí voy a verter no van por tanto sobre depósitos sino sobre activos financieros, es decir cualquier tipo de acciones o bonos.
Como decía, la semana ha sido prolija en titulares brindados por el banco. La mayor parte de ellos son temas como: batacazo en Bolsa, cotización en mínimos históricos, intervención y disolución de la entidad... Este cúmulo de noticias se produce precisamente cuando su nuevo presidente, Emilio Saracho, cumple sus primeros cien días. Lo que está pasando con los títulos de Popular, sinceramente, no creo que pueda sorprender a nadie. Popular, hasta la llegada de Saracho, ha estado mandando mensajes no veraces. El banco quería seguir siendo independiente; crecía a través de préstamos en inmuebles, promociones y suelo; no supo poner freno o llegó demasiado tarde a la orgía del ladrillo; absorbió al Pastor a pulmón sin ningún tipo de ayuda como otros habían hechos; se negó a ser ayudado llevando activos a la Sareb; fue llevando a cabo ampliaciones y emisiones de activos financieros que reforzaran el capital, incrementos que rápidamente eran devorados por el aumento de las ratios de morosidad, devolviendo al banco a la casilla de salida. Finalmente, y ante una situación que era insostenible, Ángel Ron, el anterior presidente, dimitió o le hicieron dimitir.
Lógicamente Saracho y su nuevo consejo ha hecho lo que tenía que hacer: reconocer el problema del banco que no es otro que una morosidad que afecta a la salud y propia existencia de la entidad.
Está llevando a cabo un detallado estudio de cuál es realmente el nivel de morosidad que existe en el balance del banco, algo sobre lo que el mercado siempre ha rumoreado por lo bajo. El nuevo equipo busca una salida rápida y veremos si puede ser honrosa para el banco, o fusión o una ampliación de capital donde la cifra a captar anda en una banda de 4.000 a 5.000 millones. En caso de que alguna de esas soluciones no llegue vendría la deshonra. Popular sería intervenido y previsiblemente liquidado. Desde luego espero y le deseo que el actual equipo sea capaz de esa salida honrosa.
Popular en estos momentos tiene un gran problema, ya comentado, que no es otro que la morosidad, sobre todo saber cuál es la cifra real de la morosidad. Este conocimiento es previsible que lo tengamos en pocos días o meses. Me consta que la actual dirección quiere la cifra, además necesita conocerla para ese proceso de fusión o de ampliación. Sin embargo al banco se le ha complicado la situación con otro posible problema, la liquidez.
A pesar de los rumores y cantidad de cifras dadas por los medios, no me atrevo a dar ninguna, pues son estimaciones, posibilidades o simples bulos. Estoy hablando de la retirada de dinero por parte de sus clientes mantenidos en cuentas corrientes y depósitos. La falta de confianza habría hecho mella en quienes están tomando esa decisión. Los auténticos datos los conoce Popular, el Banco de España, el BCE y me atrevería a decir que el Ministerio de Economía. Estos datos además no son públicos. Son unas cifras muy comprometidas y muy sensibles para que sean de distribución pública.
En todo caso comparto totalmente la opinión de que hay una salida de depósitos. Por tanto, admitiendo esta situación, el banco tiene dos grandes problemas de salud. El primero es como la diabetes mata lentamente y silenciosamente: la morosidad; el segundo da una muerte fulminante como un ataque al corazón: la liquidez.
Los mercado han reaccionado de una forma lógica: el derrumbe del precios de sus activos. No busquemos la mano negra de las posiciones cortas. Mucho más importante que la cotización de las acciones es el precio de los Cocos , bonos convertibles por contingencias; pueda que detrás de esas posiciones cortas haya cobertura de este tipo de títulos. Lo es, porque estos títulos están en manos de inversores profesionales, conocen muy bien el riesgo que lleva aparejado y son conscientes de lo que se juegan. El mercado donde se negocian estos títulos no está sujeto a los caprichosos vaivenes de la bolsa, aquí los movimientos son mucho más serios.
Popular a los precios actuales tiene muy difícil una fusión que no sea a precio de derribo. Convencer a inversores para que metan dinero al banco en una ampliación es una tarea muy compleja, máxime después de fracasar una fusión. Desde luego los accionistas lo tienen muy difícil y ya veremos qué ocurre con otros títulos para recuperar su inversión. Se quiera o no, el fantasma de la intervención y liquidación planea sobre el banco. Confío totalmente en el perfil profesional de los actuales responsables. Su problema es la falta de tiempo y el descrédito que en estos momentos tiene el banco, pero no es achacable a ellos.